lunes, 8 de febrero de 2016

TEMA 6. LA NOVELA EUROPEA DEL SIGLO XVIII. LOS HEREDEROS DE CERVANTES Y DE LA PICARESCA ESPAÑOLA EN LA LITERATURA INGLESA

Al comenzar el siglo, el analfabetismo de la población era todavía muy alto, pero los gobiernos ilustrados promovieron reformas en la enseñanza, convencidos de que elevar la educación de los ciudadanos era fomentar el progreso de la nación, junto con las letras, el desarrollo científico y su divulgación. Así, se crearon academias, bibliotecas e instituciones, y la población lectora aumentó notablemente, sobre todo entre la clase burguesa y entre el público femenino perteneciente a las clases acomodadas. La principal consecuencia de esto fue el mayor cultivo de la discusión, del debate social en tertulias y ateneos, y el desarrollo de la prensa periódica.
Aunque los periódicos y gacetas de periodicidad semanal aparecieron en Europa a principios del siglo XVII, es en el XVIII cuando se produce el gran desarrollo de la prensa periódica y el nacimiento de la opinión pública. La prensa se convirtió en un medio de difusión de noticias, informaciones variadas y de opinión y crítica. Sus lectores, en principio la minoría ilustrada que sabía leer, crecerían a lo largo de la centuria con la consolidación y diversificación de la prensa periódica. Y esto influyó en la difusión del conocimiento y de la literatura, que dejó de ser exclusiva de la aristocracia y se extendió a la creciente burguesía. Las colaboraciones en la prensa no solo eran un medio de ganarse la vida, que influyó en la profesionalización del hombre de letras, sino una práctica literaria que desarrolló enormemente la prosa y la acercó a los ciudadanos, modificando sus hábitos de lectura con el hecho de hacer de la actividad lectora algo cotidiano. Se extendió así un estilo conciso, directo y claro, afín al didactismo y a la sencillez expresiva que propugnaba la estética ilustrada.
La actitud crítica característica del pensamiento ilustrado se vio reflejada en el auge de la sátira y de la ironía en la literatura europea. La crítica social, la ridiculización de la realidad, la censura inteligente mediante la burla y el humor abundó en ensayos, artículos de prensa, poemas, novelas, teatro y artículos diversos. El máximo representante de la sátira francesa es Voltaire, que atacó sin piedad la intolerancia religiosa, la injusticia y la superstición con un lenguaje claro y directo. La ironía y la sátira de costumbres fueron también muy del gusto inglés. La novela y la prosa inglesas del siglo XVIII se caracterizaron por este contenido satírico que compartieron novelistas de la talla de Defoe, Swift, Fielding o Sterne.
La forma epistolar alcanzará también un gran auge. El artificio narrativo de la fingida correspondencia entre dos interlocutores garantizaba la verosimilitud exigida por el pensamiento ilustrado a la novela y permitía el análisis contrastado de la realidad desde diversos puntos de vista y la introducción de reflexiones y digresiones sobre temas diferentes. Por otro lado, su confidencialidad conectaba con la sensibilidad del lector, especialmente la del público femenino, que se sentía más implicado en el texto como testigo directo de la interioridad de los personajes. Montesquieu es quien estableció el modelo más perfeccionado de novela epistolar con sus Cartas persas (1721). Posteriormente el género adopta un punto de vista más psicológico con Richardson y Choderlos de Laclos.
La autobiografía también se fomenta en este siglo debido al deseo de dotar a los textos ficcionales de autenticidad y verosimilitud. Se acentuó así la preferencia por la primera persona narrativa y fue habitual, como en la novela epistolar, el relato de las propias experiencias a modo de memorias o autobiografía. Rousseau (Confesiones, 1789) es una de las referencias obligadas al hablar de las memorias en el siglo XVIII.

La novela es, junto con el ensayo, el género de mayor importancia durante el siglo XVIII. Se pueden distinguir dos tendencias fundamentales:
a) La novela didáctica, relacionada con los planteamientos del pensamiento ilustrado de exigir a la narración verosimilitud y una finalidad educatica, hace uso, entre otros instrumentos literarios, del libro de viajes. Se trata de un artificio que utiliza el motivo del viaje para situar a un protagonista como testigo de diversos hechos reales o ficticios en el marco de culturas propias o ajenas. Daniel Defoe (Robinson Crusoe, 1719) y Jonathan Swift (Viajes de Gulliver, 1726) son los ejemplos más destacados.

b) La novela sentimental, que abre el camino a la novela romántica, estaba centrada en el análisis de los sentimientos y reflejaba los nuevos gustos que estaba imponiendo la burguesía. Su temática era variada, pero prefería el tema amoroso y las relaciones imposibles, en las que primaba el respeto al sentimiento y la libertad de elección de marido en la búsqueda de la felicidad. Este tipo de novela utilizó con frecuencia la forma epistolar. Entre los representantes del género destacan Richardson (Pamela o la virtud recompensada, 1740), Rousseau (Julia o la nueva Eloísa, 1761) y Bernardin de Saint Pierre (Pablo y Virginia, 1788).

LA NARRATIVA INGLESA: EL NACIMIENTO DE LA NOVELA BURGUESA

Los logros alcanzados en la novela son el reflejo de una sociedad floreciente cuya capital, Londres, era la mayor ciudad del mundo civilizado.

1. DANIEL DEFOE: ROBINSON CRUSOE


La novela moderna en Inglaterra se inicia con la obra de Daniel Defoe (1660-1731). Defoe era un comerciante que recibió formación eclesiástica y que dedicó los últimos años de su vida a la escritura. Su primera novela, Robinson Crusoe (1719), relata la historia del joven aventurero Robinson que naufraga en una isla desierta, en la cual permanece 27 años hasta que consigue ser rescatado. Durante todo este tiempo tiene que adaptarse a las condiciones de vida en la isla, primero en completa soledad, después en compañía del nativo Viernes, prototipo del buen salvaje. Es una historia de superación personal, de lucha en solitario del hombre frente a las circunstancias, que representa el valor del individuo frente a la sociedad, en una naturaleza de la que aprende sus reglas y a la que logra dominar mediante la razón. Destaca por la narración autobiográfica y por sus detalladas descripciones.

ROBINSON CRUSOE (PELÍCULA DE LUIS BUÑUEL, 1954): http://www.youtube.com/watch?v=Y7BuN8eEYM0

En Moll Flanders (1722) Defoe narra la vida de la protagonista desde su nacimiento, en el seno de una familia muy pobre, hasta que con su astucia y esfuerzo consigue ascender en la escala social. También de Daniel Defoe es Diario del año de la peste, un escalofriante relato novelado en el que se describen con crudeza los horribles acontecimientos que coincidieron con la epidemia que asoló Londres y sus alrededores entre 1664 y 1666.

TEXTO 1. ROBINSON CRUSOE, DE DANIEL DEFOE
"El buque encalló profundamente en las arenas, de manera que solo nos quedaba tratar de salvar la vida de cualquier manera... Once embarcamos en un bote... Una ola gigantesca cayó sobre el bote con tal violencia, que se dio vuelta en un instante... Nadé hacia adelante con todas mis fuerzas... Fui el único que consiguió pisar tierra, empapado, sin ropa para cambiarme y nada que comer y beber; sólo tenía un cuchillo, una pipa y un poco de tabaco en una cajita...Todo lo que se me ocurrió fue treparme a un frondoso árbol, y allí me propuse estarme la noche entera y decidir, a la mañana siguiente, cuál sería mi muerte.
  Anduve primero en busca de agua dulce. Después de beber y mascar tabaco trepé a mi árbol, tratando de hallar una posición de la cual no me cayera si el sueño me vencía. Había cortado un sólido garrote para defenderme.
  Al otro día no había huellas del temporal. La marea había zafado al barco y lo había traído hacia las rocas...Poco después de mediodía, el mar se puso como un espejo y la marea bajó tanto que pude acercarme a un cuarto de milla del barco (ya entonces sentía renovarse mi desesperación al comprender que si nos hubiésemos quedado a bordo, estaríamos a salvo y en tierra)... Nadé hasta el barco.
  Las provisiones de a bordo no habían sufrido absolutamente nada; pude satisfacer mi gran apetito, llenándome además los bolsillos de galleta. Bebí un buen trago de ron para fortalecerme ante la tarea que me esperaba...[...] Se presentaba el problema de elegir lo indispensable y al mismo tiempo preservarlo de los golpes del mar [...].
  Mi próxima tarea fue la de reconocer el lugar, en busca de un sitio adecuado para instalarme y almacenar mis efectos con toda seguridad... En la isla había aves; me pregunté si su carne sería o no comestible.
  Se me ocurrió que aún podría sacar muchas cosas útiles del barco, y me decidí a hacer otro viaje a bordo... Hallé 2 ó 3 cajas de clavos y tornillos, un gran barreno, 1 ó 2 docenas de hachuelas, y lo más precioso de todo, una piedra de afilar... Seguí yendo diariamente al barco, aprovechando la marea baja... Lo que más me alegró en aquellos viajes es que después de estar 5 ó 6 veces, y cuando ya no esperaba encontrar nada que valiera la pena mover de su sitio, seguía descubriendo cosas que me servían... En la cabina del capitán hallé una caja con 36 libras esterlinas en monedas europeas, brasileñas y algunas piezas de oro y plata. Sonreí a la vista de aquel dinero. "¿Para qué me sirves?", exclamé... Pero luego lo pensé mejor y tomé el dinero.
  Mis pensamientos estaban ahora consagrados a encontrar los medios de asegurarme contra los salvajes y las bestias que pudiera haber en la isla... Calculé aquello que necesitaba en forma indispensable: en primer lugar agua dulce y aire saludable; luego abrigo y seguridad; finalmente, que si Dios me enviaba algún barco por las cercanías, no perdiera yo esa oportunidad de salvarme.
  En el barco encontré plumas, tinta y papel, e hice lo indecible por economizarlos; mientras duró la tinta pude llevar una crónica muy exacta, pero cuando se terminó me hallé imposibilitado de continuarla, ya que no pude hacer tinta a pesar de todo lo que probé. Esto vino a demostrarme que necesitaba muchas cosas fuera de las que había acumulado. Habiendo conseguido acostumbrar un poco mi espíritu a su actual condición y abandonando la costumbre de mirar al mar por si divisaba algún navío, me apliqué desde entonces a organizar mi vida y a hacerla lo más confortable posible... Fabriqué una mesa y una silla.
"


2. JONATHAN SIWFT: LOS VIAJES DE GULLIVER

Jonathan Swift (1667-1745) nació en Dublín; su compromiso por mejorar la situación de Irlanda lo llevó a intervenir activamente en política a lo largo de toda su vida. En Inglaterra realizó estudios eclesiásticos y se ordenó por la iglesia anglicana.
Comenzó su carrera como escritor dirigiendo un periódico conservador desde el que no dudó en manifestar con crudeza sus ideas políticas y religiosas. En 1729 da a conocer un panfleto que causó una gran impresión entre la sociedad contemporánea, "Una modesta proposición. Para prevenir que los niños pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público": en un alarde de ingenio y de humor negro, propone que sirvan de alimento a los más ricos. 
Su primera gran obra es Cuento de una barrica, en la que hace gala de una capacidad satírica que alcanzará su máxima expresión en Los viajes de Gulliver (1726). La acción de este libro transcurre, en la primera parte, en el país de Liliput, cuyos habitantes son unos seres diminutos. La segunda parte se desarrolla en el país de los gigantes, en el que Gulliver se convierte en el juguete de una niña. La tercera parte transcurre en el país de Laputa, formado por un territorio fijo y una isla volante. Y la cuarta, que encierra una crítica social más amarga, se desarrolla en el país de unos caballos, los houyhnhnms, que tienen una sociedad muy bien organizada. El artificio del viaje le permite a Swift hacer un curioso recorrido por países y sociedades de costumbres muy diferentes que le sirve para acentuar el contraste y la perspectiva crítica. El resultado es una amarga reflexión sobre la condición humana y la corrupción social. Ridiculiza el comportamiento humano en las sociedades civilizadas y hace una aguda sátira de las ciencias, de los inventores y los matemáticos, de la guerra, la justicia...

VIAJES DE GULLIVER (PELÍCULA): http://www.youtube.com/watch?v=IAFDEFMjtFg

TEXTO 2. LOS VIAJES DE GULLIVER, DE J. SWIFT

    "No sería oportuno, por varias razones, molestar al lector con los detalles de nuestras aventuras en aquellas aguas. Baste decirle que en la travesía a las Indias Orientales fuimos arrojados por una violenta tempestad al noroeste de la tierra de Van Diemen. Según observaciones, nos encontrábamos a treinta grados, dos minutos de latitud Sur. De nuestra tripulación murieron doce hombres, a causa del trabajo excesivo y la mala alimentación, y el resto se encontraba en situación deplorable. El 15 de noviembre, que es el principio del verano en aquellas regiones, los marineros columbraron entre la espesa niebla que reinaba una roca a obra de medio cable de distancia del barco; pero el viento era tan fuerte, que no pudimos evitar que nos arrastrase y estrellase contra ella al momento. Seis tripulantes, yo entre ellos, que habíamos lanzado el bote a la mar, maniobramos para apartarnos del barco y de la roca. Remamos, según mi cálculo, unas tres leguas, hasta que nos fue imposible seguir, exhaustos como estábamos ya por el esfuerzo sostenido mientras estuvimos en el barco. Así, que nos entregamos a merced de las olas, y al cabo de una media hora una violenta ráfaga del Norte volcó la barca. Lo que fuera de mis compañeros del bote, como de aquellos que se salvasen en la roca o de los que quedaran en el buque, nada puedo decir; pero supongo que perecerían todos. En cuanto a mí, nadé a la ventura, empujado por viento y marea. A menudo alargaba las piernas hacia abajo, sin encontrar fondo; pero cuando estaba casi agotado y me era imposible luchar más, hice pie. Por entonces la tormenta había amainado mucho.
    El declive era tan pequeño, que anduve cerca de una milla para llegar a la playa, lo que conseguí, según mi cuenta, a eso de las ocho de la noche. Avancé después tierra adentro cerca de media milla, sin descubrir señal alguna de casas ni habitantes; caso de haberlos, yo estaba en tan miserable condición que no podía advertirlo. Me encontraba cansado en extremo, y con esto, más lo caluroso del tiempo y la media pinta de aguardiente que me había bebido al abandonar el barco, sentí que me ganaba el sueño. Me tendí en la hierba, que era muy corta y suave, y dormí más profundamente que recordaba haber dormido en mi vida, y durante unas nueve horas, según pude ver, pues al despertarme amanecía. Intenté levantarme, pero no pude moverme; me había echado de espaldas y me encontraba los brazos y las piernas fuertemente amarrados a ambos lados del terreno, y mi cabello, largo y fuerte, atado del mismo modo. Asimismo, sentía varias delgadas ligaduras que me cruzaban el cuerpo desde debajo de los brazos hasta los muslos. Soló podía mirar hacia arriba; el sol empezaba a calentar y su luz me ofendía los ojos. Oía yo a mi alrededor un ruido confuso; pero la postura en que yacía solamente me dejaba ver el cielo. Al poco tiempo sentí moverse sobre mi pierna izquierda algo vivo, que, avanzando lentamente, me pasó sobre el pecho y me llegó casi hasta la barbilla; forzando la mirada hacia abajo cuanto pude, advertí que se trataba de una criatura humana cuya altura no llegaba a seis pulgadas, con arco y flecha en las manos y carcaj a la espalda. En tanto, sentí que lo menos cuarenta de la misma especie, según mis conjeturas, seguían al primero. Estaba yo en extremo asombrado, y rugí tan fuerte, que todos ellos huyeron hacia atrás con terror; algunos, según me dijeron después, resultaron heridos de las caídas que sufrieron al saltar de mis costados a la arena. No obstante, volvieron pronto, y uno de ellos, que se arriesgó hasta el punto de mirarme de lleno la cara, levantando los brazos y los ojos con extremos de admiración, exclamó con una voz chillona, aunque bien distinta: Hekinah degul. Los demás repitieron las mismas palabras varias veces; pero yo entonces no sabía lo que querían decir. El lector me creerá si le digo que este rato fue para mí de gran molestia. Finalmente, luchando por libertarme, tuve la fortuna de romper los cordeles y arrancar las estaquillas que me sujetaban a tierra el brazo izquierdo -pues llevándomelo sobre la cara descubrí el arbitrio de que se habían valido para atarme-, y al mismo tiempo, con un fuerte tirón que me produjo grandes dolores, aflojé algo las cuerdecillas que me sujetaban los cabellos por el lado izquierdo, de modo que pude volver la cabeza unas dos pulgadas. Pero aquellas criaturas huyeron otra vez antes de que yo pudiera atraparlas.
     Sucedido esto, se produjo un enorme vocerío en tono agudísimo, y cuando hubo cesado, oí que uno gritaba con gran fuerza: Tolpo phonac. Al instante sentí más de cien flechas descargadas contra mi mano izquierda, que me pinchaban como otras tantas agujas; y además hicieron otra descarga al aire, al modo en que en Europa lanzamos por elevación las bombas, de la cual muchas flechas me cayeron sobre el cuerpo -por lo que supongo, aunque yo no las noté- y algunas en la cara, que yo me apresuré a cubrirme con la mano izquierda. Cuando pasó este chaparrón de flechas oí lamentaciones de aflicción y sentimiento; y hacía yo nuevos esfuerzos por desatarme, cuando me largaron otra andanada mayor que la primera, y algunos, armados de lanzas, intentaron pincharme en los costados. Por fortuna, llevaba un chaleco de ante que no pudieron atravesar.
     Juzgué el partido más prudente estarme quieto acostado; y era mi designio permanecer así hasta la noche, cuando, con la mano izquierda ya desatada, podría libertarme fácilmente. En cuanto a los habitantes, tenía razones para creer que yo sería suficiente adversario para el mayor ejército que pudieran arrojar sobre mí, si todos ellos eran del tamaño de los que yo había visto. Pero la suerte dispuso de mí en otro modo. Cuando la gente observó que me estaba quieto, ya no disparó más flechas; pero por el ruido que oía conocí que la multitud había aumentado, y a unas cuatro yardas de mí, hacia mi oreja derecha, oí por más de una hora un golpear como de gentes que trabajasen. Volviendo la cabeza en esta dirección tanto cuanto me lo permitían las estaquillas y los cordeles, vi un tablado que levantaba de la tierra cosa de pie y medio, capaz para sostener a cuatro de los naturales, con dos o tres escaleras de mano para subir; desde allí, uno de ellos, que parecía persona de calidad, pronunció un largo discurso, del que yo no comprendí una sílaba".  


3. HENRY FIELDING: TOM JONES

Henry Fielding (1707-1754), novelista y dramaturgo inglés, destaca por la orientación satírica y humorística de su producción novelística. Ha sido considerado, junto a Richardson, uno de los padres de la novela inglesa. La historia de Tom Jones, expósito (1749), su obra más conocida, es una novela picaresca en primera persona que relata la vida y aventuras del joven y apuesto protagonista. Abandonado de bebé, creció al cuidado del bondadoso señor Allworthy junto a su hijo. Ya joven, sus pretensiones hacia Sophia Western, la hija de un acaudalado aristócrata, hacen que sea expulsado de la casa. A partir de entonces comienzan sus andanzas, que incluso le llevan a la cárcel. Concluye la novela con el ansiado matrimonio con Sophia, que se logra consumar al descubrirse que en realidad es hijo de la hermana del señor Allworthy, su protector.
La novela divertida, itinerante, distendida e irónica, reúne una serie de ingredientes que justifican su valor literario y su éxito permanente. La sociedad de la época aparece retratada con un amplio abanico de personajes de todas las clases sociales

4. SAMUEL RICHARDSON: PAMELA O LA VIRTUD RECOMPENSADA

Mr B. encuentra a Pamela escribiendo
Samuel Richardson (1689-1761) puede considerarse como el padre de la novela sentimental. Son notas comunes a sus obras Pamela o la virtud recompensada (1740) y Clarissa la forma epistolar y el tema de la honra. En Pamela, se narra la historia de una sirvienta que resiste a los continuos intentos de seducción de su patrón hasta que sonsigue llevarlo al matrimonio. Las tramas folletinescas y lacrimógenas le hicieron alcanzar gran éxito, pero también le convirtieron en objeto de duras críticas. No faltaron tampoco parodias de los folletines de Richardson, como "Joseph Andrews" de  Henry Fielding.


5. STERNE: TRISTRAM SHANDY

El clérigo irlandés Laurence Sterne (1713-1768) es otra de las grandes figuras de la novela inglesa del XVIII. Admirador de Cervantes, Rabelais y Swift, Sterne es un escritor que se adelantó a su tiempo. Su obra cumbre, Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1767), difícil de catalogar, no fue entendida por la crítica del momento. Fue publicada por entregas a lo largo de ocho años en nueve volúmenes, a modo de autobiografía del narrador. Sin embargo las continuas anécdotas y digresiones, retratos y escenas humorísticas, alusiones a escritores, pensadores y filósofos, van retardando la trama central, que queda así diluida. Su singularidad formal reside en la experimentación estructural, en la utilización de recursos gráficos poco usuales, como dejar una página en negro, emplear distintos tipos de letra, puntos suspensivos... Emplea además un lenguaje informal, directo y atrevido, con fragmentos en latín y francés, juegos de palabras y dobles sentidos. Con todo ello hace una parodia, con claras reminiscencias cervantinas, de las técnicas narrativas del momento 

6. JANE AUSTEN: "ORGULLO Y PREJUICIO"

A medio camino entre los siglos XVIII y XIX se encuentra Jane Austen (1775-1817). Es la creadora de una serie de novelas en las que el núcleo central es la mujer, sus experiencias personales y sus aspiraciones frente a la sociedad. Por primera vez en la literatura, una mujer describe las relaciones entre las mujeres que, hasta entonces, habían aparecido solo a través del enfoque masculino. Austen construye situaciones que captan los factores del ambiente, individuales y sociales, los nudos que teje la sociedad y que resultan ser los que modelan las personalidades que caracterizan a sus personajes. A menudo, son situaciones amororas castas que se construyen en la conversación, con el matrimonio como vértice fundamental. Entre sus novelas se han de mencionar Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Mansfield Park o Emma, que han sido llevadas al cine en varias ocasiones.





LA NARRATIVA FRANCESA: NOVELA ILUSTRADA Y SENTIMENTAL


1. ANTOINE PRÉVOST: Es el gran novelista francés del XVIII; entre otros quehaceres de una agitada vida, se dedicó a la actividad periodística y a la traducción (tradujo a Richardson). La más importante de sus obras es Manon Lescaut (1731): en ella se tratan los desgraciados amores entre el caballero Des Grieux y la cortesana Manon, amante del lujo y los placeres, que llevan al protagonista al deshonor. Aunque la obra tuvo gran éxito y destaca por su lirismo, fue tachada de inmoral y retirada de las librerías.




2 BERNARDIN DE SAINT PIERRE: Escritor y botánico, se dedicó al arte y a la ciencia con igual pasión. Sus Estudios sobre la naturaleza, inspirados por su amigo Rousseau, tuvieron un gran éxito. La novela por la que ha sido recordado por la posteridad es Pablo y Virginia (1788); en ella, se narra la historia de amor de dos jóvenes que viven en una isla francesa, a los que separan las circunstancias. Cuando Virginia, que se ha mantenido fiel a la memoria de su amado, regresa, su barco naufraga. Pablo muere de dolor poco después. El triunfo del sentimiento y de la bondad, el gusto por lo exótico, el mérito de sus minuciosas descripciones de la naturaleza y del paisaje, son algunos de los elementos que explican el extraordinario éxito que tuvo la novela en su tiempo. Se ha destacado en ella el descubrimiento de una nueva actitud que anticipaba el Romanticismo.


3. PIERRE CHODERLOS DE LACLOS: Este militar es una figura importante de la novelística francesa por haber escrito Las amistades peligrosas (1782), culminación de la novela epistolar. A través de 155 cartas, Laclos narra la conspiración del libertino vizconde de Valmont y su antigua amante, la marquesa de Mertueil, para acabar con la virtud de madame Tourvel y seducir a la joven Cécile. Las cartas sirven para presentar los caracteres de los diferentes personajes y para dar distintas versiones de un mismo hecho.



TEXTO 3.  LAS AMISTADES PELIGROSAS, DE CHODERLOS DE LACLOS
"Es después de una noche tormentosa, durante la que no he podido pegar ojo; es después de haber estado preso de la agitación de un ardor que me devora, o en el embrutecimiento de todas las facultades de mi alma, que vengo a buscar a vuestro lado, Madame, una calma que necesito, y de la que, sin embargo, no espero aún disfrutar. En efecto, la situación en la que estoy mientras os escribo, me haze conocer más que nunca el poder irresistible del amor; me cuesta conservar suficiente dominio sobre mí mismo para poner algún orden a mis ideas, y ya preveo que no terminaré esta carta sin ser obligado a interrumpirla. ¡Cómo! ¿No puedo entonces esperar que compartiréis algún día el ansia que yo siento en este momento? Oso creer, sin embargo, que, si lo conocieseis bien, no seríais enteramente insensible (...)
  Jamás tuve tanto placer escribiéndoos; jamás sentí en esta labor una emoción tan dulce y, sin embargo, intensa. Todo parece aumentar mi trance: el aire que respiro está lleno de voluptuosidad; la misma mesa sobre la que os escribo, consagrada por primera vez a este uso, se conviertirá para mí en el altar sagrado del amor; ¡cuán embellecida se verá ahora a mis ojos!, ¡trazaría sobre ella la promesa de amaros siempre! Perdonad, os lo suplico, el desorden de mi mente. Debería quizá abandonarme menos a mis trances que no compartís: debo dejaros un momento para disipar esta embriaguez que aumenta por instantes, y que es más fuerte que yo".

INFLUENCIA DE LA NOVELA PICARESCA Y DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA EN LA NOVELA EUROPEA DEL SIGLO XVIII

La novela moderna surge en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XVIII a partir de la senda abierta en España en los dos siglos anteriores por la novela picaresca y el Quijote, que dieron entrada a la realidad sin moralizarla en un sentido religioso. Se va abandonando, para las narraciones ficticias en prosa, la opción denominada en inglés romance: ficciones fantásticas, idealizadas y escapistas protagonizadas por caballeros andantes o héroes de la antigüedad. El nuevo género literario elige lo verosímil y va manifestándose gradualmente como el medio más apto para expresar de manera realista las características de la sociedad y la personalidad del hombre contemporáneo, su experiencia moral.

La novela picaresca aporta a los autores europeos del siglo XVIII un modelo narrativo en el que destaca la verosimilitud, la parodia, la narración epistolar, el reflejo crítico de la sociedad y un estilo sencillo. No obstante, encontramos huellas más concretas de su influencia en Moll Flanders, de Daniel Defoe. El argumento de esta novela se basa en las peripecias de Moll Flanders, que tras varios matrimonios infructuosos, termina dedicándose al robo y la delincuencia, lo que la llevará a prisión. Esta obra cumple las características propias del género picaresco: narración en episodios, evolución del personaje en función de los hechos que le suceden, cambio de clase social de la protagonista, el engaño como principio de actuación, fingimiento narrativo por el cual el autor se hace pasar como editor, etc.

Cuando en el siglo XVII Miguel de Cervantes escribió Don Quijote de la Mancha sentó las bases de lo que luego se consideraría la novela moderna. Así, en el siglo siguiente, gracias a la universalización de la obra a partir de las traducciones al inglés y al francés, los principales novelistas del siglo XVIII emularán la estructura del Quijote.


La obra de Cervantes influye en la narrativa europea del siglo XVIII por la parodia de los géneros y el humor irónico que, al poner en cuestión los modelos narrativos existentes, abre el camino hacia una nueva forma de novela; y, sobre todo, por la evolución que presentan sus personajes. Este último rasgo es la enseñanza fundamental que aprenden los escritores ingleses y franceses. En el Quijote los personajes se transforman, no son estereotipos iguales desde la primera hasta la última página. Son seres muy distintos a los que ofrecían los modelos narrativos de siglos anteriores, el caballero de los libros de caballerías, el pastor de la novela pastoril, o la pareja de enamorados de la novela bizantina. A don Quijote y a Sancho según les van ocurriendo cosas van actuando de manera diferente. Esto crea en el lector una expectativa, pues nunca sabe cómo el héroe va a resolver los obstáculos que se le presentan y, por tanto, desconoce cuál será el desenlace de la narración, a diferencia de lo que ocurría con los géneros de ficción citados anteriormente.
Todo esto fue posible, como ya hemos indicado, gracias al enorme éxito que alcanzó el libro, tanto fuera como dentro de España, inmediatamente después de su publicación.

La herencia cervantina tuvo en Inglaterra tanta fuerza, que contribuyó a la creación de obras con auténtica calidad literaria. Henry Fielding escribió una obra de teatro, Don Quixote in England (1727), y afirma que Joseph Andrews está escrita, como indica su subtítulo,  "a la manera de Cervantes", mientras que en Tom Jones el paralelismo parece claro en la relación entre amo y criado.
En los Viajes de Gulliver, de Swift o en el Tristam Shandy, de Sterne se busca la parodia de las formas narrativas de moda en ese momento, como Cervantes hizo parodia de los libros de caballerías. Sterne lleva la influencia de Cervantes más allá, con numerosas referencias al Quijote y con el reconocimiento explícito del empleo del humor cervantino. 

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