lunes, 28 de marzo de 2016

TEMA 13. LA CONSOLIDACIÓN DE UNA NUEVA FORMA DE ESCRIBIR EN LA NOVELA.


La civilización liberal se derrumba con la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que, además de provocar el horror como nunca antes por el enorme número de muertos y heridos, dejó a los países vencedores -excepto EEUU- en la bancarrota y ocasionó el desmoronamiento de buena parte de los regímenes europeos. Tras la guerra, Europa se hunde en una depresión económica que propicia el auge del fascismo italiano y de otros movimientos autoritarios; en cambio, los EEUU, lejos de los campos de combate y habiéndose incorporado al bando aliado tiempo después de comenzar los enfrentamientos, disfruta por estas fechas de un crecimiento económico que le permitirá situarse como la primera potencia mundial. 
Durante el transcurso de la guerra, en 1917, un acontecimiento conmovió al mundo: la revolución bolchevique de Rusia. Su importancia trascendía las fronteras nacionales: el objetivo era la revolución socialista mundial, empezando por los países más industrializados de Europa. Con este fin, se funda en 1919 la III Internacional; la consecuencia fue que se ahondó la brecha entre los reformistas socialdemócratas y los revolucionarios.
Durante la Primera Guerra Mundial España se mantuvo neutral. Pese a los extraordinarios beneficios empresariales obtenidos gracias a dicha neutralidad, la población se empobreció y se intensificó la lucha de clases, lo que culminó en la huelga general de 1917. En Barcelona, grupos anarquistas pasaron a la acción directa y organizaron atentados, a lo que respondió la patronal con bandas de pistoleros a sueldo. En 1920 se fundó el Partido Comunista de España. A esta tensión social se añadieron las consecuencias del anacrónico colonialismo español en el norte de África. Con el golpe militar de Primo de Rivera en 1923 termina la Restauración.  

En el campo del arte y de la cultura, el primer tercio del siglo XX es particularmente fértil. Se produce una explosión creativa, de cuya diversidad da idea la multitud de movimientos estéticos que se suceden y solapan en pocos años: son las vanguardias. Las corrientes vanguardistas se caracterizan por su afán experimental y su voluntad rupturista con respecto al arte anterior. En general, es en las artes plásticas donde se concreta más explícitamente el cambio con respecto a la tradición artística previa.


CARACTERÍSTICAS DE LA NARRATIVA DEL SIGLO XX 

Que la novela ha sido el género literario por excelencia del siglo XX admite pocas dudas. Se ha dicho que con Stendhal llega a la culminación el tipo de narración que Cervantes elevó a rango de obra de arte. Al novelista del siglo XX le quedaría, por tanto, solo contar manejando ese juego de estructuras que los grandes narradores del pasado le habían legado. Sin embargo, cada vez que se anuncia el final de la novela como género surge una obra maestra nueva. 
En el discurso narrativo de este siglo nos encontramos con la negación absoluta del género, con intentos de renovación parcial o total, con críticos y creadores que han buscado nuevas denominaciones para lo que consideraban que no se ajustaba al modelo literario conocido como “novela”: antinovela, no-novela, novela nueva, nivola, novela lírica… El novelista ha incorporado el debate a su propia creación para hacer partícipe al lector y, en el otro extremo, nunca como en esta centuria se ha teorizado tanto sobre el hecho novelesco: Ortega y Gasset, Barthes, H. James, E.M. Foster, Todorov, Batjin, Genette, etc. A la postre, la única conclusión posible es que existen tantas “novelas del siglo XX” como novelistas o, lo que es lo mismo, en sentencia ya célebre de Camilo José Cela: “Novela es todo aquello que, editado en forma de libro, admite debajo del libro y entre paréntesis, la palabra novela”.
Ante tal diversidad es fácil comprender la dificultad de establecer una caracterización tan general que resulte válida para todos los narradores de este siglo. Además, el ritmo vertiginoso de los acontecimientos históricos y sociales es trasladable a lo literario: los movimientos, escuelas, hallazgos y modelos se suceden rápidamente, se solapan incluso, ofreciendo una convivencia de conceptos narrativos opuestos que arrojan, si cabe, más dificultad a esta pretendida caracterización.

TENDENCIAS
  1. Deshumanización, hermetismo en la búsqueda del “arte por el arte” huyendo de la realidad.
  2. Novela comprometida, social.
NARRADOR
El narrador omnisciente deja paso al narrador dubitativo, frecuentemente en primera persona. La duda se traslada al lector mediante el escepticismo o los titubeos del narrador.
PUNTO DE VISTA
Para alejarse de lo narrado, el narrador adopta diferentes puntos de vista: tan pronto desarrolla los hechos en calidad de testigo o transcriptor como incorpora el monólogo interior o se documenta con la meticulosidad del periodista o historiador.
TIEMPO Y ESPACIO
El tiempo desaparece hasta el punto de ocuparse de unos meses, de un día o de un breve instante. Así pues, se prima el espacio, incorporado con múltiples detalles u operando con valor simbólico, provisto de una nueva expresividad. Lo narrativo cede paso a lo descriptivo.
Ni el tiempo ni el espacio son lineales. El universo es relativo, fragmentario, caótico y la novela también: saltos en el tiempo, carencia de puntuación y párrafos, fragmentarismo, experimentación, etc.
ESCENARIO
La ciudad se convierte en el escenario por excelencia; en ocasiones, se convierte en verdadera protagonista de la obra.
PERSONAJES
Más centrada en el personaje que en los hechos, el protagonista es un antihéroe que se mueve desorientado y angustiado por la ciudad. Se trata de un personaje redondo, que a veces está teñido de autobiografismo y bajo cuya perspectiva psicológica se narra la acción, pero que en muchas ocasiones forma parte de una masa, como en la novela coral.
METALITERATURA
Existe una reflexión constante sobre la tarea de narrar que, en ocasiones, da lugar a apostillas, anotaciones o trabajos críticos de los propios creadores, pero que, en muchas otras, se incorporan a la propia novela.

Cuando se acerca el final del siglo XIX tiene lugar la crisis de la novela realista: la narración objetiva de unos hechos, ordenados cronológicamente, efectuada por un narrador omnisciente que se recrea en la descripción exhaustiva de ambientes y personajes es puesta en cuestión.


En los primeros años del siglo XX nos encontramos con:

a) Novelistas que siguen fieles al Realismo. Ejemplos: Pío Baroja, Blasco Ibáñez, Henry Sienkiewicz- Quo vadis?, Edith Wharton- La edad de la inocencia, Henry James, Joseph Conrad- El corazón de las tinieblas, Arthur Conan Doyle, Julio Verne, H.G. Wells, Rudyard Kipling, Mark Twain.
b) Novelistas que, sin cuestionarse los principios fundamentales del Realismo, lo superan o lo hacen evolucionar hacia subgéneros nuevos (existencialismo, neorrealismo italiano, realismo socialista, realismo de la posguerra española, realismo mágico, novela histórica, etc).
c)  Los novelistas que rompen abierta y violentamente con las posiciones artísticas dominantes, poniendo el acento en la forma y desentendiéndose de todo lo que no sea puro arte (vanguardistas, generación perdida americana, novela experimental, etc.).


1. NARRATIVA EN LENGUA INGLESA

1. JAMES JOYCE

El fin del Realismo mediante una obra volcada definitivamente en la forma, donde el estilo se convierte en el protagonista absoluto, llega sin duda con Joyce. Él es considerado el padre de la novela contemporánea. Sus novelas, que han dado lugar a cientos de estudios críticos e interpretaciones, tiene la ciudad de Dublín como escenario, y sobre sus calles se va trazando una innovadora epopeya de la contemporaneidad.
Mientras que en Dublineses percibimos muerte y pesimismo, Retrato de un artista adolescente está repleto de elementos autobiográficos a través del protagonista, Stephen Dedalus, quien también aparece en Ulises. Esta última obra es una de las cimas artísticas de la literatura. El propio Joyce asistió a las interpretaciones que la crítica hizo sobre sus personajes (Bloom, Molly y Dedalus vendrían a ser Ulises, Penélope y Telémaco) y, sobre todo, sobre la trasposición de escenarios y episodios de la Odisea a su novela.
Una de las claves de Ulises es el manejo del tiempo, elemento recurrente en la narrativa contemporánea. La acción transcurre en 24 horas, lo que da pie a exhaustivas y documentadas descripciones, pero, especialmente, a un rápido fluir de sentimientos, sensaciones y diálogos entre los personajes, que aun confundiéndose con la voz narrativa (mediante la incorporación de corrientes de conciencia y monólogo interior), manifiestan toda su complejidad psicológica y vital presentando rasgos personales y lingüísticos propios.

http://www.cadenaser.com/articulo/cultura/Guia/perder/miedo/Ulises/Joyce/csrcsrpor/20040616csrcsrcul_1/Tes/

CAPÍTULO 6: "HADES"

El señor Bloom admiró el opulento volumen del vigilante. Todos quieren estar en buenos términos con él. Un tipo decente, John O'Connell, de buena extracción. Llaves: como el anuncio de Keyes: sin miedo de que nadie salga, sin controles de salida. Habeat corpus. Tengo que encargarme de ese anuncio después del funeral. ¿Escribí Ballsbridge en el sobre que usé para disimular cuando ella me descubrió escribiéndole a Marta? Espero que no esté tirado en la oficina de cartas sin reclamo. Estaría mejor afeitado. Barba que ya sale gris. Esa es la primer señal cuando los pelos se vuelven grises y viene el malhumor. Hilos de plata entre el gris. Imaginate ser su mujer. Me pregunto cómo tiene el tino de declararse a una muchacha. Vamos, vivamos en el cementerio. Mostrale eso. Podría emocionarla al principio. Cortejar la muerte… Sombras nocturnas rondando por aquí con todos los muertos desperezándose en los alrededores. Las sombras de las tumbas cuando los camposantos bostezan y Daniel O'Connell debe ser un descendiente supongo quién era quien solía decir decir que era un raro de raza gran católico igual como un gran gigante en la oscuridad. La luz mala. Emanaciones de las tumbas. Quiero mantener su mente fuera de esto, para poder pensar algo. Las mujeres especialmente son tan susceptibles. Uno les cuenta una historia de fantasmas en la cama para hacerlas dormir. ¿Viste un fantasma alguna vez? Bueno, yo sí. Era una noche de boca de lobo. El reloj estaba por dar las doce. Sin embargo besarían dadas las circunstancias adecuadas. Putas en tumbas turcas. Si uno las pesca de jóvenes, pueden aprender cualquier cosa. Uno podría llevarse una joven viuda por acá. A los hombres les gusta eso. Amor entre las tumbas. Romeo. Especias de placer. En el medio de la muerte estamos vivos. Ambos extremos se tocan. Tentando a los pobres muertos. El aroma de bifes a la plancha para los hambrientos royéndoles las entrañas. Ganas de vivificar gente. Molly queriéndolo hacer en la ventana. Igual tiene ocho hijos.
Ya ha visto una buena cantidad de gente ir bajo tierra en su momento, tirados a su alrededor campo tras campo. Camposantos. Más lugar si se los entierra parados. Sentados o de rodillas no se podría. ¿Parados? La cabeza podría asomar un día en algún terremoto con la mano señalando. Todo el campo debe estar panalizado: celdas oblongas. Y lo mantiene muy prolijo también: corta el pasto y los bordes. El intendente Gamble llama Monte Jerome a su jardín. Y lo es. Deben ser flores del sueño. Los cementerios chinos donde crecen tulipanes gigantes producen el mejor opio, me dijo Mastiansky. Los Jardines Botánicos están ahí mismo. Es la sangre que se hunde en la tierra la que da nueva vida. La misma idea esos judíos que dijeron haber matado al niño cristiano. Todo hombre su precio. El grueso cadáver bien preservado de un caballero, epicúreo, invaluable para un jardín frutal. Una ganga. Por la carcasa de William Wilkinson, auditor y contador, recientemente fallecido, tres libras, trece chelines con seis. Agradecido.
Me animo a decir que el suelo engordaría con el abono de cadáveres, huesos, carne, uñas, osarios. Horribles. Se vuelven verdes y rosas, se descomponen. Se pudren rápido en la húmeda tierra. Los flacos viejos son más duros. Luego como ceroso con aspecto de queso. Luego se empieza a poner negro, una melaza que se les rezuma. Luego se secan. Mariposas de la muerte. Claro que las células o lo que sean siguen viviendo. Van cambiando. Viven prácticamente para siempre. Nada para comer se comen ellas mismas.
Pero deben criar un infierno de gusanos. El suelo debe formar remolinos con ellos. Se le arremolina la cabeza a uno. Esas lindas chicas en la playa. El parece bastante contento con esto. Le da una sensación de poder ver a los demás ir bajo tierra primero. Me pregunto cuál es su mirada sobre la vida. Cuenta sus chistes, además: lo pone de lo más feliz. Aquel del boletín. Spurgeon se fue al cielo a las 4 AM esta mañana. Las 11 AM (hora de cerrar). No llegó todavía. Pedro. Los mismos muertos los tipos de alguna manera querrían oír algún chiste o las mujeres saber qué está de moda. Una pera jugosa, o un jugo de frutas para damas, caliente, fuerte y dulce. La humedad, afuera. Hay que reírse a veces así que mejor hacerlo así. Los sepultureros en Hamlet. Muestra el profundo conocimiento del corazón humano. No se anima a contar un chiste de muertos por dos años, al menos. De mortuis nil nisi prius. Primero hay que salir del duelo. Difícil imaginarse su funeral. Parece como un chiste. Leer el propio obituario dicen que uno vive más. Como que da nuevos ímpetus. Un nuevo contrato para vivir.



2. VIRGINIA WOLF Y EL CÍRCULO DE BLOOMSBURY

Coetánea de Joyce, fue el centro de un grupo de intelectuales progresistas y escépticos (el Círculo de Bloomsbury) que perseguía el placer estético y el conocimiento a través de la creación (E.M.Foster, T.S. Eliot, Bertrand Russell, M. Keynes).
En la novela de Virginia Woolf se percibe una gran intensidad lírica aprehendida mediante la dispersión de elementos evocadores (paisajes, objetos, recuerdos, intervenciones de los personajes). Lo que queda no es la trama, sino el “halo luminoso”. Todas las experiencias sensoriales se acumulan y determinan una percepción diferente, muy cercana a la poesía. Es comprensible, por tanto, que el monólogo interior y las corrientes de conciencia, tanto como la mezcla de pasado, presente y futuro, aparezcan en sus mejores obras (Al faro, Las olas, Entre los actos, etc.)



Además de Joyce y Virginia Woolf, hay que destacar a D.H. Lawrence (El amante de lady Chatterley), George Orwell (1984, Rebelión en la granja), Aldous Huxley (Un mundo feliz) o a los fundadores del círculo de Inklings, J.R. Tolkien (El señor de los anillos) y C.S. Lewis (Crónicas de Narnia).

FRAGMENTO DE LA PELÍCULA "LAS HORAS":
http://www.youtube.com/watch?v=F0p1_HnBBYU

 

FRAGMENTO DE "LAS OLAS"

"El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin. Al aproximarse a la orilla, cada una de ellas adquiría forma, se hinchaba y se rompía arrojando sobre la arena un delgado velo de blanca espuma. La ola se detenía para alzarse enseguida nuevamente, suspirando como una criatura dormida cuya respiración va y viene inconscientemente. Poco a poco, la franja oscura del horizonte se aclaró: se hubiera dicho un sedimento depositado en el fondo de una vieja botella, dejando al cristal su transparencia verde. En el fondo, el cielo también se hizo translúcido, cual si el sedimento blanco se hubiera desprendido o cual si el brazo de una mujer tendida debajo del horizonte hubiera alzado una lámpara, y bandas blancas, amarillas y verdes se alargaron sobre el cielo, igual que las varillas de un abanico. Enseguida la mujer alzó más alto su lámpara y el aire pareció dividirse en fibras, desprenderse de la verde superficie en una palpitación ardiente de fibras amarillas y rojas, como los resplandores humeantes de un fuego de alegría. Poco a poco las fibras se fundieron en un solo fluido, en una sola incandescencia que levantó la pesada cobertura gris del cielo transformándola en un millón de átomos de un azul tierno. La superficie del mar fue adquiriendo gradualmente transparencia y yació ondulando y despidiendo destellos hasta que las franjas oscuras desaparecieron casi totalmente. El brazo que sostenía la lámpara se alzó todavía más, lentamente, se alzó más y más alto, hasta que una inmensa llama se hizo visible: un arco de fuego ardió en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar ya no fue sino una sola extensión de oro. La luz golpeó sucesivamente los árboles del jardín iluminando una tras otra las hojas, que se tornaron transparentes. Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente. Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros cantaban sus vacías melodías. "


2. NARRATIVA EN LENGUA FRANCESA

3. MARCEL PROUST

La novela psicológica ya había sido apuntada por los grandes maestros del siglo XIX: Stendhal, Zola y, sobre todo, Dostoievski habían trazado un camino de ineludible tránsito para los narradores de las primeras décadas del siglo XX, y sólo los vanguardistas osaban apartarse hacia sendas inexploradas. Así, la irrupción de un novelista adinerado, caprichoso, enfermizo y refinado como Proust no fue, en principio, tomada muy en serio.
No obstante, Marcel Proust estaba llamado a consagrar su vida a la redacción de una de las grandes obras de todos los tiempos, En busca del tiempo perdido. Novela-río por excelencia, la trama gira en torno a un narrador que en el primer volumen ya plantea la alternativa de dos senderos, el de Germantes (la aristocracia) y el de Méséglise o de los Swan (la pasión amorosa). Asistido en su formación por un artista y por un músico, el narrador va desarrollando un enorme monólogo interior en primera persona, técnica muy adecuada para indagar en la complejidad psicológica de los personajes y que le permite aportar multitud de elementos autobiográficos. No es, sin embargo, una novela centrada en la trama o en los personajes: la obra recrea un universo completo. En el último volumen compara su proceso de creación con el de una catedral gótica, cuyos planos iniciales van cambiando su laberíntica estructura a medida que avanza la construcción. Los mecanismos que utiliza para ello (minuciosas descripciones, incorporación de sensaciones y recuerdos, periodos sintácticos inusualmente largos y complejos) convierten su lectura en una tarea indudablemente ardua.
Las acciones se van presentando como los distintos elementos de una sinfonía para conformar una realidad literaria única. Coincide con el impresionismo en la caracterización de los personajes de manera fragmentaria a través de sus gustos, aficiones y hábitos o mediante la interpolación de evocaciones.
Tal vez sea el concepto de evocación el que mejor defina la obra: se evocan olores, sabores, colores, sensaciones, formas, entregándose a la memoria sensorial, más que a la reflexión, para mostrar esa realidad del presente-pasado. Asistimos, en definitiva, a un experimento filosófico emparentado con las teorías sobre el conocimiento y la memoria de Bergson o con la recuperación de parcelas del subconsciente de Freud.

"En busca del tiempo perdido"

1. Por el camino de Swann

Claro que Swann no tenía conciencia directa de lo grande de ese amor. Cuando quería medirlo le parecía a veces empequeñecido, casi reducido a la nada; por ejemplo, lo poco que le atraían, casi la repulsión que le inspiraban, los rasgos fisonómicos de Odette antes de que se enamorara de ella, y que volvía a sentir algunos días. «Verdaderamente, voy progresando», decía; «ayer no sacaba ningún gusto de estar en su cama, es curioso; y hasta me parecía fea.» Y era sincero, sí; pero su amor iba bastante más allá de las regiones del deseo físico. Y no entraba en él, por mucho, la persona de Odette. Cuando sus miradas tropezaban con la fotografía de Odette que tenía encima de la mesa, o cuando la propia Odette iba a verlo, le costaba trabajo identificar la figura de carne o de cartulina con la preocupación dolorosa y constante que en su seno sentía. Exclamaba con asombro: «¡Es ella!»; como si de repente nos mostraran exteriorizada, ahí delante de nosotros, una enfermedad que padecemos, y no la encontráramos parecida a la nuestra. «¡Ella!» Swann se preguntaba qué era eso de «¡ella!», porque guarda mucha mayor semejanza con el amor y con la muerte que esas cosas que tanto se repiten, el interrogar, cada vez más, por miedo a que se nos escape, el misterio de la personalidad. Y aquella enfermedad amorosa de Swann se había multiplicado tanto, se enlazó tan íntimamente a todas las costumbres de Swann, a sus actos, a su pensamiento, a su salud, a su sueño, a su vida, a lo que deseaba para después de la muerte, que ya no formaba más que un todo con él, que no era posible arrancársela sin destruirlo a él, o, para decirlo en términos de cirugía, su amor ya no era operable.


3. NARRATIVA EN LENGUA ALEMANA

4. THOMAS MANN

En la Alemania industrial y militarizada de principios del siglo XX la técnica expresionista domina la pintura, el cine y la producción novelística de escritores como Kafka, Herman Hesse, Robert Musil, Ivan Goll, etc. 
Ciertos sectores de la crítica literaria sitúan a la obra de Thomas Mann, por su perfeccionismo y por sus ataques a la vanguardia más atrevida, como el estertor de la novela burguesa; sin embargo, es evidente que este autor es uno de los grandes innovadores de la novela, si bien su propuesta no se centra en la experimentación lingüística como la de Joyce o Proust, sino en la incorporación de la reflexión a la narración. Thomas Mann rechaza un arte deshumanizado que carezca de compromiso con la realidad, incluida la realidad propia que soporta lo soñado y lo anhelado.
Desde su primera novela, Los Buddenbrook, existe una análisis preciso del hombre burgués de su tiempo, en tensión con la sociedad y consigo mismo. Esa tensión llega también a Muerte en Venecia o Doctor Faustus, y descubrimos que se repite la reflexión por el papel del artista y la indagación en su compleja psicología, el eterno debate entre arte y vida. Entre sus grandes obras es La montaña mágica la más destacable, tanto por la profundidad de sus indagaciones filosóficas (tiempo, muerte, dolor, pasión, etc.) como por la pulcritud de su lenguaje; en ella se incorporan elementos simbólicos y se adopta un punto de vista distante e irónico, dejando el peso de la acción al diálogo. Puede considerarse una novela total.

La montaña mágica: En la novela se da a menudo la exposición y confrontación de las ideas de los personajes sobre diversos temas, con frecuencia profundos. Pero el paradigma de discusión filosófica lo mantiene Hans con dos personajes: Settembrini y Naphta, que dialogan entre ellos y con el protagonista, y que tienen temperamentos e ideas muy distintos, casi siempre opuestos. A lo largo de muchas páginas estos dos personajes discurren sobre política, filosofía, historia, arte o religión:

–El señor Settembrini –intervino Naphta– omite mencionar que el idilio roussoniano es una adaptación torpe y racionalista de la doctrina cristiana, el estado civil del hombre que no reconoce el pecado ni la sociedad, de su origen divino y de su unión íntima con Dios, unión que de nuevo debe realizarse. Pero el restablecimiento del reino de Dios, después de la disolución de todas las formas terrestres, se halla situado en un punto en que la tierra y el cielo, o aquello que es accesible y sobrenatural convergen. La salvación es trascendente, y en lo que se refiere a su República universal capitalista, mi querido doctor, es muy extraño que hable usted de «instinto» al referirse a ella. El ser instintivo se halla absolutamente relacionado con lo que es racional, y Dios mismo ha dotado a los hombres de instinto natural que los incita a separarse los unos de los otros en Estados diferentes. La guerra…
–La guerra –exclamó Settembrini–. Incluso la guerra, señores, se ha visto ya obligada a servir al progreso, como sin duda admitirán si recuerdan ciertos acontecimientos de su época preferida; me refiero a las Cruzadas. Estas guerras civilizadoras favorecieron acertadamente el mundo de las relaciones económicas y comerciales entre los pueblos y reunieron a la humanidad occidental bajo el signo de una idea.
–Se muestra muy tolerante con la idea. Quiero, pues, rectificar sus palabras cortésmente informándole de que las Cruzadas, al margen del impulso que dieron al comercio, ejercieron una influencia que no tiene nada de internacional; por el contrario, enseñaron a los pueblos a distinguirse entre ellos, y fomentaron el desarrollo de la idea del Estado nacional.
–Muy exacto, en lo que se refiere a las relaciones del pueblo con el clero. Sí, en aquellos tiempos el sentimiento del honor del Estado nacional comenzó a fortificarse, saliendo al paso de la presunción jerárquica…


5. FRANZ KAFKA


Franz Kafka nace el 3 de julio de 1883 en Praga, en una familia judía. Su padre regentaba desde 1882 un negocio de mercería que transformaría más tarde en unos grandes almacenes que le dieron reputación de ciudadano respetable. Aunque su idioma materno fue el alemán, Kafka aprendió también el checo. Estudió Derecho en la Universidad de Praga. Después de sus estudios, en 1907 ingresó como pasante en una agencia italiana de seguros; fue entonces cuando comenzó a escribir. Al año siguiente obtuvo un contrato fijo en otra agencia. En 1917 se le diagnosticó tuberculosis, lo que le obligó a mantener frecuentes periodos de convalecencia. 
Fundamental en su vida es la relación con su autoritario padre. En la intimidad, éste no dejó nunca de menospreciar a su hijo. De ese conflicto declaró el propio Kafka que procedía toda su obra, incluyendo su célebre Carta al padre, nunca publicada en vida. También fue determinante su relación tormentosa con varias mujeres. En 1923 se trasladó a Berlín, con la esperanza de distanciarse de su familia y centrarse en su obra; se reunió con Dora Diamant, una joven de 25 años descendiente de una familia judía ortodoxa, que había huido de su pueblo natal, a la que había conocido en el verano del mismo año. El estado de salud de Kafka empeoró sensiblemente en años posteriores con el avance de la enfermedad. Tras estancias en sanatorios y un tiempo en Berlín, regresó a Praga y posteriormente fue internado en un sanatorio cerca de Viena para recibir tratamiento. Murió en el sanatorio el 3 de junio de 1924. Su cuerpo fue llevado a Praga, donde fue enterrado.
Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Con anterioridad a su fallecimiento, dio instrucciones a un amigo de que destruyera todos sus manuscritos, pero éste no hizo caso y supervisó la publicación de la mayor parte de los escritos que obraban en su poder. La compañera final de Kafka, Dora Diamant, cumplió sus deseos, pero tan solo en parte, pues guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos, incluyendo 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que fueron confiscados por la Gestapo en 1933. Actualmente prosigue la búsqueda de estos papeles a escala internacional.
Estas circunstancias, junto a la obsesiva autoexigencia del autor, explican el escaso número de obras de Kafka publicadas en vida: La condena (1912), En la colonia penitenciaria (1914), La metamorfosis (1915) y las colecciones de relatos Contemplación (1913) y Un médico rural (1917), además de numerosas cartas. Tras su muerte se publican sus novelas extensas El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927); estas dos últimas inconclusas.
La metamorfosis ha tenido numerosas interpretaciones; entre las más obvias están las referidas al trato de una sociedad autoritaria y burocrática hacia el individuo diferente, donde éste queda aislado e incomprendido ante una maquinaria institucional abrumadora y monótona que ni él comprende ni ésta lo comprende a él. Otros temas son la soledad de las relaciones rotas y las esperanzas desesperadas y poco realistas que crea tal aislamiento. Algunos autores han querido ver también en esta historia una alegoría de las diversas actitudes que toma el ser humano ante la enfermedad grave e irreversible y cómo, a pesar de todo, la vida continúa. 
En su obra, a menudo el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas que nunca llega a comprender. El adjetivo kafkiano se utiliza precisamente para describir situaciones similares. Sus temas son recurrentes: el conflicto generacional entre padres e hijos, la imposibilidad de realizarse como individuos en una sociedad gobernada por el azar y la relación del hombre con un poder absurdo, anticipo del horror de los totalitarismos que surgirían poco después en Europa. 
Los escritos de Kafka pronto comenzaron a despertar el interés del público y a obtener alabanzas por parte de la crítica, lo que posibilitó su pronta divulgación, hasta el punto de que marcaría el proceso posterior de la literatura del siglo XX. La mayoría de los escritores y críticos del siglo XX han hecho referencias a su figura. Ha habido multitud de estudiosos que han intentado encontrarle sentido a su obra, interpretándola en función de todos los puntos de vista posibles: filosófico, literario, psicoanalítico, religioso o sociológico. En cualquier caso, se trata de una de las figuras capitales de la literatura y de la cultura contemporáneas. 
En cuanto a la relación del autor con otras manifestaciones artísticas, la más importante es su papel como precursor del existencialismo. Se trata de una de las corrientes filosóficas y literarias más importantes del siglo XX. Se caracteriza por la idea de que la única realidad del hombre es su existencia y que, por tanto, está abocado a la muerte. La vida es absurda porque carece de un sentido trascendente. Esto conlleva un sentimiento de angustia y desolación.
El existencialismo alcanza su máxima importancia tras la II Guerra Mundial, en Francia, con autores como Sartre o Camus. Algunos de los temas o símbolos de estos autores están directamente vinculados a Kafka, y especialmente a La metamorfosis: es el caso de La náusea de Sartre, o el extrañamiento del protagonista de El extranjero de Camus, que recuerdan a la inexplicada transformación de Gregorio Samsa y su aislamiento familiar y social. Ideas y sentimientos como la culpa, la vergüenza, la condena o el absurdo, típicos del existencialismo, se encuentran ya en Kafka.
También puede relacionarse al autor con otros movimientos de vanguardia contemporáneos: la importancia de lo onírico, la sensación de vivir un sueño, recuerda a los planteamientos del surrealismo. Por otra parte, la deformación de la realidad hasta extremos grotescos es similar a la estética del expresionismo, movimiento al que ha sido frecuentemente vinculado.



4. LA GENERACIÓN PERDIDA AMERICANA

Tras las dos primeras décadas del siglo en EEUU se impone el american way of life, basado en el consumo individual incitado por la publicidad. Norteamérica se exhibía como el escaparate de las libertades, el éxito y el bienestar, mientras que en sus ciudades el esplendor capitalista se enfrentaba a enormes bolsas de pobreza y delincuencia. Para los escritores y artistas americanos resultaba más atractivo, sin duda, el París recién salido de la Guerra Mundial, en el que existían dos centros de reunión incontestables: la casa de Gertrude Stein y la librería Shakespeare & Co. Allí podía verse a Picasso, André Gide o Paul Valéry junto con Ezra Pound, Hemingway, Scott Fitzgerald, Dos Passos… Stein los bautizó con el nombre de la “generación perdida”.

Hemingway, Scott Fitzgerald, Dos Passos, William Faulkner y John Steinbeck son los promotores de una nueva estética narrativa dentro de la literatura americana. La crisis moral de su país de origen les llevó a romper con el Realismo y a incorporar las innovaciones estéticas del arte europeo (en sus novelas, el narrador se convierte en un mero testigo que finge saber tan poco de los personajes como el propio lector, igual que en el neorrealismo italiano o en el Nouveau roman francés); aún más, su conciencia de la inutilidad de la guerra y de la gran falacia del mundo moderno les empujó a la acción política directa y a la aventura existencial.

6. ERNEST HEMINGWAY

Fue el primero en publicar en Europa algunos relatos breves en los que ya se vislumbraba su forma de escritura, basada en la economía expresiva y de sentimiento. Combinó sus reportajes periodísticos con la literatura, emulando la tradición americana del muckraker, en la que a través de novelas reportaje se denuncia un sistema social despiadado con el individuo. Desde Francia, viajó intermitentemente a España atraído por las esperanzas republicanas y por nuestra cultura. Fiesta se desarrolla en la Pamplona de los San Fermines, y en ella encontramos el extravío vital característico de sus personajes, que debe ser combatido a base de sufrimiento y aventura. Sus densas descripciones, el distanciamiento de los personajes por medio del diálogo, los periodos sintácticos breves y el autobiografismo reaparecen en Adiós a las armas, Muerte en la tarde, Por quién doblan las campanas o El viejo y el mar.


Texto de El viejo y el mar: El pez tira con fuerza de la embarcación y la remolca varios kilómetros mar adentro. Santiago no tiene fuerza para sacarlo, pero lucha por no perder el pez: tiene la determinación de capturarlo a toda costa, pese a que con ello pone su vida en peligro, porque lleva muchos días sin conseguir nada; es su última oportunidad. Tras muchas horas, el viejo desfallece de sed y cansancio, sin embargo admira la determinación del pez:
Sintió nuevamente un vahído, pero siguió aplicando toda la presión de que era capaz al gran pez. «Lo he movido –pensó–. Quizá esta vez pueda virarlo. Tirad, manos –pensó–. Aguantad firmes, piernas. No me falles, cabeza. No me falles. Nunca te has dejado llevar. Esta vez voy a virarlo.»
Pero cuando puso en ello todo su esfuerzo empezando a bastante distancia antes de que el pez se pusiera a lo largo del bote y tirando con todas sus fuerzas, el pez se viró en parte y luego se enderezó y se alejó nadando.
–Pez –dijo el viejo–. Pez, vas a tener que morir de todos modos. ¿Tienes que matarme también a mí?
«De ese modo no se consigue nada», pensó. Su boca estaba demasiado seca para hablar, pero ahora no podía alcanzar el agua. «Esta vez tengo que arrimarlo –pensó–. No estoy para eso y mucho más.»
En la siguiente vuelta estuvo a punto de vencerlo. Pero de nuevo el pez se enderezó y salió nadando lentamente.
«Me estás matando, pez –pensó el viejo–. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande, ni más hermosa, ni más tranquila ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quién mate a quién.»
«Ahora se está confundiendo la mente –pensó–. Tienes que mantener tu cabeza despejada. Mantén tu cabeza despejada y aprende a sufrir como un hombre. O como un pez», pensó.


7. F. SCOTT FITZGERALD

Su talento literario le otorgó un rápido éxito entre críticos y lectores, éxito que le llevó a una vida de lujo, opulencia y alcohol que acabaría con su vida mientras buscaba trabajo como guionista en Hollywood. En sus cinco novelas (El gran Gatsby) y sus numerosos relatos mitificó los años 20 del jazz, el dinero, el placer y el arte.


8. JOHN DOS PASSOS

Es el escritor más atrevido en lo que se refiere a las innovaciones técnicas: en Manhattan Transfer la ciudad es el verdadero protagonista. Camilo José Cela emulará en La colmena muchos rasgos formales de la novela de Dos Passos: la fragmentación, el encadenamiento de acciones a través de trucos de montaje cinematográfico, la descripción desde diversos planos, la simultaneidad de acciones que leemos en progresión… En la trilogía USA, vuelve a utilizar esas técnicas y a convertir la caótica Nueva York en protagonista de sus novelas. 



9. JOHN STEINBECK

Unos años más joven que sus compañeros de generación, su reconocimiento no llegó hasta los años 30, y, por entonces, el arte se había vuelto más propicio al compromiso, se había alejado de la pureza y la experimentación, de manera que sus inquietudes sociales encontraron salida en relatos sobre emigrantes, granjeros y huelguistas. Con Las uvas de la ira (1939) se consagró como estandarte de la novela social americana. Si bien huye de las veleidades formalistas, Steinbeck era un profundo conocedor del arte de escribir guiones cinematográficos; por otra parte, domina tanto la amable situación cómica como el drama. Entre sus obras, destacaremos La perla, De ratones y hombres, Al este del Edén.

10. WILLIAM FAULKNER


El más influyente de todos los novelistas americanos fue el que menos tiempo estuvo en París y el que no se relacionó con el mundo de las letras, encerrado en su casa sureña durante años: William Faulkner. Creó el imaginario condado de Yoknapatawpha y lo pobló de personajes y referencias que entran y salen de sus novelas para completar una mitología particular, un mundo simbólico que, como ha reconocido García Márquez, ejerce un magisterio ineludible en los “lugares míticos” creados por novelistas posteriores (Macondo, de García Márquez; Comala, de Juan Rulfo; Región, de Juan Benet).
Faulkner ejerce como puente entre Joyce y los novelistas de la segunda mitad de siglo. Destaca por su estilo lento y cuidado, donde se suceden las cláusulas subordinadas y la linealidad cronológica se rompe para enlazar el presente y el pasado. En sus principales novelas despliega un catálogo de indagaciones sobre voces narrativas y puntos de vista:

- El ruido y la furia: en esta novela aparecen cuatro narradores.
- Mientras agonizo: monólogo interior de más de diez personajes.
- Absalón, Absalón: el lector debe reconstruir la historia.


5. LA NOVELA EXISTENCIALISTA

Las producciones literarias ligadas al pensamiento existencialista suelen situarse después de la Segunda Guerra Mundial , pero, aunque su formulación filosófica sea tardía, el existencialismo se origina en el siglo XIX, al entrar en crisis el idealismo hegeliano. Filósofos como Kierkegaard (1813-1855) plantean una percepción pesimista de la existencia: Kierkegaard instaura una línea de pensamiento que se fundamenta en el estudio del hombre como ser individual y concreto, que adquiere conciencia de sí mismo y, por tanto, de su existencia en el momento en que ha de actuar y tomar decisiones, pues su existencia no viene predeterminada. El hombre siempre puede elegir entre diversas posibilidades de comportamiento: la libertad es una condición humana permanente que las situaciones límite ponen de manifiesto.
Martin Heiddeger (1889-1976) sostiene que el hombre procede de la nada, y la muerte, su destino final, remite a ella. No hay valores eternos donde acogerse: el ser humano ha de realizarse a sí mismo. El ser humano adquiere así una libertad que, en lugar de provocar una sensación de bienestar, crea angustia y desesperación.
El existencialismo no es solo una filosofía, sino una expresión de la crisis espiritual del siglo XX.

11. JEAN-PAUL SARTRE


Es el prototipo del escritor que intenta dar sentido a la vida mediante la acción. Según Sartre, es al hombre al que le corresponde buscar un objetivo vital contando únicamente con sus recursos, lo que excluye a Dios. El hombre debe ejercer en libertad una acción que le comprometa consigo mismo y con los demás, sin reparar en prejuicios morales o religiosos. Entre sus obras, destacan La náusea (1938), Los caminos de la libertad y Las palabras.




12. ALBERT CAMUS


A pesar de su militancia anarquista y sus intervenciones humanitarias y políticas, fue acusado desde el círculo de Sartre de mantener una rebeldía puramente estética y de retirarse de la lucha social, lo que molestó al escritor. Para muchos es Albert Camus el que más talento literario muestra, destacando por un estilo elegantemente sobrio.
Su obra maestra, El extranjero (1942), es un relato en primera persona y en estilo indirecto, con periodos sintácticos muy cortos que le confieren un dinamismo asombroso, pero también una aparente frialdad consecuente con el carácter del protagonista: un hombre frío, condenado por asesinato, que deja al descubierto la hipocresía de una sociedad que solo juzga las apariencias.




El protagonista es condenado a morir guillotinado. La sentencia es asumida con naturalidad: Meursault manifiesta una total indiferencia por su propio destino. Ni siquiera trata de decir algo en el juicio en su defensa. Sin miedo ni esperanza, ni siquiera se aferra a la posibilidad de ser indultado. Se niega a recibir al capellán, con el que al final incluso discute, y acepta su muerte:

Durante toda la jornada había mi petición de indulto. Creo haber aprovechado al máximo esa idea. Calculaba sus consecuencias y obtenía de mis reflexiones un óptimo rendimiento. Partía siempre de la suposición más negativa: mi petición era rechazada. «Pues bien, habré de morir.» Antes que otros, era evidente. Pero todo el mundo sabe que la vida no vale la pena de ser vivida. No ignoraba, en el fondo, que morir a los treinta o a los setenta años no tiene gran importancia porque, naturalmente, en ambos casos, otros hombres y otras mujeres vivirán, y así durante miles de millones de años. Nada resultaba más evidente, en realidad. Era siempre yo el que moría, ahora o dentro de veinte años. En ese momento, lo que me molestaba un poco en mi razonamiento era el brinco terrible que sentía en mí al pensar en veinte años de vida por venir. Pero no tenía más que ahogar esos pensamientos imaginando lo que estos serían cuando, de todos modos, la hora hubiese de llegar. Desde el momento en que se muere, el cómo y el cuándo no importan, es evidente. Así (y lo difícil era no perder de vista todos los razonamientos que ese «así» representaba), así, debía yo aceptar que mi petición fuese recusada


6. LA NOVELA NEORREALISTA ITALIANA

Como reacción a las vanguardias, en la década de los 30 se reclama un arte más humano, comprometido y social. El “nuevo romanticismo” en España, el “realismo socialista” de la URSS o la “nueva objetividad” de Alemania representan una vuelta a la narrativa realista. En Italia, Arnaldo Bocelli comienza a hablar de neorrealismo al analizar la obra de pintores, artistas y cineastas convencidos de la necesidad de reflejar una Italia recién salida de la propaganda fascista.
En el cine destacan directores como Rossellini, de Sica, Visconti, Fellini, Antonioni, etc. Dentro de la literatura, cabe mencionar a Alberto Moravia (Los indiferentes, Mascarada), Elio Vittorini (Conversaciones en Sicilia), Cesare Pavese e Italo Calvino.





CORRIENTES NARRATIVAS POSTERIORES A LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Progresivamente, la novela vuelve a basarse en la trama, más que en la experimentación formal, debido, en parte, a un ascenso inédito de la industria editorial. El mercado, que demanda y oferta historias, se globaliza: las novelas se traducen inmediatamente, la industria del cine aprovecha las novelas de manera cada vez más automática y comercial, la cultura es accesible a más personas, etc. Los escritores se multiplican y la novela es, además de un producto artístico y cultural, un bien de consumo, lo que hace muy difícil su clasificación.




NOUVEAU ROMAN
Desaparece el narrador, los personajes y la intriga: todo debe reducirse a la descripción de lo observado y a la presentación sistemática y sin afectividad de los actos y objetos que conforman la realidad.
Alain Gobbe-Grillet, Michel Dutor, Margarite Duras, Cluade Simon.
NOVELA DE MISTERIO
Dashiell Hammet, Raymond Chandler, Boris Vian, Agatha Christie, Patricia Highsmith, Le Carré, Graham Greene.
NARRATIVA BEAT
En los años 50, renace el sueño americano, una ola de conservadurismo anticomunista asola Hollywood con su célebre “caza de brujas” y surge un grupo de jóvenes que alzan la voz contra esta situación: Jack Kerouac (On the road) y William Burroughs (Nova Express, El almuerzo desnudo, Ciudades de la noche roja, El lugar de los caminos muertos, Tierras de Occidente).
EL NUEVO PERIODISMO
Truman Capote: Desayuno con diamantes, A sangre fría. Tom Wolfe, Norman Mailer, Hunter S. Thompson.
LA NOVELA HISTÓRICA
Robert Graves: Yo, Claudio. Margarite Yourcenar: Memorias de Adriano. Umberto Eco: El nombre de la rosa. Naguib Mahfouz, Noah Gordon, Pérez-Reverte.
NARRATIVA FANTÁSTICA
William Golding (El señor de las moscas), Anthony Burguess (La naranja mecánica), Philip K. Dick (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?). Isaac Asimov (Robot), Arthur C. Clarke (2001: Odisea en el espacio).
NARRATIVA HISPANOAMERICANA
García Márquez, Ernesto Sábato, Onetti, Vargas Losa, Miguel Ángel Asturias, Roa Bastos, Lezama Lima, Julio Cortázar, etc.
NARRATIVA CRÍTICA CONTEMPORÁNEA
John Irving, Paul Auster, Philip Roth, Günter Grass, Saramago, Tabucchi, Kundera, Doris Lessing, Coetzee, etc.


FRAGMENTOS DE PELÍCULAS:

DOLCE VITA: http://www.youtube.com/watch?v=GKN1T3K1idg

DESAYUNO CON DIAMANTES: http://www.youtube.com/watch?v=yDddAKtELZ8

LA NARANJA MECÁNICA: http://www.youtube.com/watch?v=enwnM8vMkws

BLADE RUNNER: http://www.youtube.com/watch?v=KPcZHjKJBnE&feature=fvst

2001, ODISEA EN EL ESPACIO: http://www.youtube.com/watch?v=PfQ9QGgptns

TEMA 12. El arranque de la modernidad poética: de Baudelaire al Modernismo.

A finales del siglo XIX asistimos a un proceso de transición desde una historia europeísta hacia un nuevo orden mundial; proceso que desembocará, finalmente, en la Primera Guerra Mundial. Este conflicto bélico resultó ser especialmente traumático, ya que, por primera vez, se vive una guerra global en la que participan los países más poderosos del momento, que luchan, además, por la victoria total. 1914, por tanto, supone la ruptura definitiva con el siglo XIX: los valores que habían aportado seguridad al hombre europeo (el positivismo, el progreso, el pragmatismo, el materialismo) fracasan estrepitosamente. Se sufre, en consecuencia, el llamado “mal del siglo”: se extiende por la sociedad el convencimiento de que la realidad es incognoscible, de que existen hechos que escapan de la percepción sensorial, de que la razón no lo puede todo, de que Dios y la religión se difuminan como en una nebulosa… La población se ve sumergida en una sensación generalizada de pesimismo, de hastío vital, y, como es fácilmente deducible, este sentimiento de fracaso afectará de manera especial a una pequeña potencia insuficientemente desarrollada, como España, que se ve de pronto en el centro del conflicto mundial por su posesión de las colonias de Ultramar, territorios ambicionados por EEUU y que acabará por perder definitivamente en el “desastre” del 98.                           


A principios del siglo XX, la concepción de la Literatura da un giro radical hacia una nueva sensibilidad artística, que defiende el arte por el arte y la renovación de una forma de escribir caduca, lo que no es sino un síntoma de ruptura definitiva con la sociedad decimonónica. El modernista, desde la peculiaridad de su atuendo, hasta su frecuente radicalismo político, manifestaba no sólo su deseo de provocar, sino también su oposición al asfixiante conformismo; el artista bohemio se sentía al margen de la sociedad, rebelde ante ella, y protestaba contra el orden burgués. En este sentido, existe un evidente paralelismo entre el Modernismo y la rebelión romántica frente a la sociedad posterior a la primera revolución industrial.

RASGOS DE LA LITERATURA MODERNISTA

1. Renace el gusto romántico por épocas pretéritas (el pasado medieval) y por países exóticos. En España, los escritores de fin de siglo defienden el mito de una Castilla antimercantil, austera y espiritual, en la que ven la esencia de España.

2. Hay una especie de complacencia en lo mortecino y ruinoso (decadentismo).

3. Se extiende una sensación general de hastío vital (spleen), que choca con los ideales racionalistas propios de la sociedad burguesa. Es característico en los textos de los jóvenes escritores el enfrentamiento entre intelectualismo y vitalismo, de forma que, siguiendo a Schopenhauer, se defiende que el pensamiento y la reflexión conducen al dolor.

4. Es muy frecuente en la literatura modernista la aparición del erotismo, a veces conviviendo con el decadentismo y el malditismo.

5. Los modernistas desean saltar por encima de las fronteras, son cosmopolitas, y su meca es París.

6. La insatisfacción con el mundo es la causa de la angustia existencial que lleva a estos escritores a buscar lo trascendente más allá de las apariencias, búsqueda que se manifiesta en un espiritualismo exacerbado, en la identificación de Dios con la naturaleza (panteísmo), en el interés por los fenómenos inconscientes y en la afición por doctrinas esotéricas.

7. Ese anhelo de trascendencia conduce a una nueva Estética en la que se exalta la Belleza como el ideal supremo: el esteticismo es un culto casi religioso a la Belleza.


LA POESÍA MODERNISTA                                              

En las letras hispánicas, el Modernismo literario tiene su cuna en Hispanoamérica, donde se había iniciado una renovación estética en dos direcciones: renuncia a la retórica del Romanticismo, con la búsqueda de una nueva expresión que se halla en la literatura europea contemporánea, especialmente francesa; y, como reacción espiritual frente al materialismo y deshumanización del mundo, recuperación del trascendentalismo romántico europeo, que en la literatura castellana se había desarrollado con menos intensidad. El florecimiento de la literatura modernista hispanoamericana vendrá de la mano de escritores de la talla de Rubén Darío y José Martí, entre otros muchos. 




Importantísima es también la influencia de la literatura francesa en el arranque de la modernidad poética, en concreto de tres movimientos:

a) Parnasianismo: toma su nombre de la publicación en 1866 de una antología de jóvenes poetas franceses con el título de Parnasse contemporain y se desarrolla entre 1861 y 1876. El maestro de estos poetas es Théophile Gautier (1811-1872), quien proclama la autonomía del arte y defiende su supremacía, de forma que hará suyo el lema el arte por el arte. Los parnasianos defienden el ideal del "arte por el arte": frente al creciente utilitarismo, el arte y la belleza están por encima del bien y del mal y son el único consuelo de la vida.
Las características más importantes del Parnasianismo son las siguientes:
a) El culto a la perfección formal del verso: el poema ha de ser sólo belleza.
b) Se equipara la poesía a otras artes plásticas, especialmente, a la escultura y la arquitectura, que ofrecen garantías de permanencia. El poema también debe resistir los embates del tiempo.
c) Los parnasianos rechazan la realidad inmediata y buscan mundos exóticos, que pueden hallarse en la cultura griega, bíblica, medieval o en países de recóndita belleza y misterio.
d) Se manifiestan contra el sentimentalismo romántico: el arte no tiene por qué traducir los sentimientos.
e) El parnasiano adopta una actitud impasible ya que observa y contempla la realidad aparente, pero rechaza hacer una interpretación transcendente del mundo.
El Parnasianismo influye en el Modernismo por su anhelo de perfección formal, por su afición al detalle y por el gusto por la mitología griega, el exotismo oriental, las civilizaciones antiguas.

b) Simbolismo: aparece, en sentido estricto, a mediados de los años 80. El punto de partida del movimiento es el manifiesto de Jean Moréas en 1886, pero en sentido mucho más amplio esta estética arranca con la obra de Baudelaire. Destacan los poetas franceses Verlaine, Rimbaud, Baudelaire y Mallarmé, y se prolonga ya en el siglo XX en poetas tan importantes como Valéry en Francia, Yeats y Eliot en Inglaterra o Rilke en Alemania.
Los simbolistas, al igual que los parnasiansos, defienden la autonomía del arte, pero se alejan del academicismo en el que habían caído éstos. El culto de la belleza externa no les satisface y, sin abandonar las metas estéticas, quieren ir más allá de las apariencias. Para ellos, el mundo sensible es sólo reflejo o símbolo de realidades escondidas, y la misión del poeta es desvelarlas. La naturaleza es el símbolo de una realidad divina transcendente.
Para los simbolistas, la poesía se convierte en un instrumento de conocimiento que intenta ascender a una realidad suprarracional. Lo inefable sólo puede evocarse a través del símbolo y el ritmo musical de los versos, como explica Valle-Inclán en La lámpara maravillosa. 
Defienden la importancia de los sentidos; todo - el paisaje, la mujer, un cuadro, un objeto hermoso - es fuente de goce para el oído, para la vista, para el tacto, para el gusto y para el olfato. La musicalidad será uno de los pilares de la literatura simbolista. En poesía usan el verso libre; su utilización supondrá no atender al cómputo de sílabas y fundamentarse sólo en el ritmo. Característicamente simbolistas son la afición por la alusión, el gusto por apuntar sensaciones de color, el empleo de sinestesias y, sobre todo, la búsqueda de la musicalidad.

c) Decadentismo: el término tiene su origen en el verso de Verlaine "yo soy el imperio al fin de la decadencia". Se trata de una corriente que surge del simbolismo, pero que se caracteriza por el refinamiento y la melancolía; se busca la evasión de la realidad a través del exotismo y se admira la fase de decadencia de las antiguas culturas, como Alejandría. Entre sus temas favoritos se encuentran el erotismo y la sexualidad. Los decadentistas transforman el sentimentalismo amoroso de los románticos en goce sensual. Mostrarán las formas más pervertidas de la sexualidad, como el sadismo, el masoquismo, la necrofilia y el incesto.   El decadentismo, como corriente estética, es más bien efímero, pues puede considerarse finalizado hacia 1890. Destacan los poetas italianos D´Annunzio y Pascoli; en Gran Bretaña sobresale la figura de Oscar Wilde.


Estos movimientos literarios que fecundan el Modernismo tienen, en realidad, su origen en la corriente de los poetas malditos, quienes intentan superar el Romanticismo grandilocuente y caduco del siglo XIX. A la cabeza de ellos, encontramos a Verlaine, quien publicó en 1888 Los poetas malditos. En EEUU hay que mencionar a Edgar Allan Poe y a Walt Whitman, con sus Hojas de hierba.
 
La renovación del lenguaje poético se percibe en el intento de sugerir las sensaciones que otras artes consiguen mediante la luz, el color o la música, a través de aliteraciones, adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos, atrevidas sinestesias, vocablos exóticos, cultismos, neologismos, profusión de palabras esdrújulas... El ansia de renovación y el deseo de musicalidad conducen a una gran variedad métrica. Por influencia de los simbolistas franceses, se emplean los alejandrinos y los versos libres; en su anhelo de novedades rítmicas, los modernistas imitan la métrica clásica, si bien no rechazan el uso de esquemas métricos tradicionales (sonetos, coplas, seguidillas, romances, silvas, serventesios...). 


1. BAUDELAIRE

Baudelaire (1821-1867) es, sin duda, el poeta más importante de este periodo, a pesar de que en su momento fue un incomprendido, pues rompió con todas las convenciones establecidas. Se le considera como el iniciador de la modernidad poética.
Nació en París en 1821. Su familia tenía una pequeña fortuna que él dilapidó en su vida bohemia - gastó grandes cantidades de dinero en adquirir obras de arte, en la noche parisina y en prostitutas -. Malvivió trabajando como crítico de arte, escribiendo en periódicos y haciendo traducciones, entre ellas la de la obra del escritor norteamericano Edgar Allan Poe, con el que se identificaba plenamente. Su situación física fue emperorando: había tenido problemas de salud derivados de una sífilis mal curada y su inestabilidad emocional llegó a ser manifiesta (intentó suicidarse en 1845).

En la concepción poética de Baudelaire Dios ha creado el mundo como una compleja e indivisible totalidad. Para él, la búsqueda de esa unidad es el fin esencial de la creación artística. Todas las cosas terrenales tienen su correspondencia en el cielo. La labor del poeta es interpretar esas correspondencias, ya que él con su imaginación podrá descubrir lo que se esconde bajo el velo de la apariencia. También existen analogías entre los sentidos (colores, olores, etc.) y los sentimientos.

Su aportación fundamental fue la publicación de Las flores del mal de 1857. Trece de estos poemas fueron considerados escandalosos, ya que atentaban contra la moral pública. Por este motivo fue procesado y obligado a pagar una multa. La crítica ha coincidido en que en esta obra se halla el núcleo de la poesía del siglo XX.

El libro tiene una estructura unitaria; a través de sus poemas muestra el itinerario espiritual del poeta, que representa a toda la humanidad. El recorrido oscila entre la amargura, el dolor, la miseria de la condición humana y la aspiración hacia una elevación espiritual que supere y trascienda todo. En definitiva, lo que Baudelaire resumió en los conceptos de spleen e ideal. El spleen es un término inglés que pasó a significar melancolía o tedio. Es, por tanto, un sentimiento que designa la insatisfacción del hombre ante la visión de un mundo caótico. Frente a ello Baudelaire opone el ideal, como una necesidad de ascender hacia una realidad absoluta. El arte es la herramienta usada por el artista para conseguir el ideal.

Por medio de la poesía trata de alcanzar una belleza superior y no le importa que se enfrente a la moral o a los cánones tradicionales. El poeta encuentra belleza en la vida cotidiana de las ciudades y en sus gentes (pobres, prostitutas, vagabundos, viejecitas...). Para el poeta la base del conocimiento son los sentidos y el espíritu frente a la razón, de ahí la importancia de la sinestesia. Un concepto central en la poesía de Baudelaire es el de la correspondencia o concepción del mundo como dualidad de fuerzas materiales y espirituales.

El poemario está dividido en 6 partes:

1. Spleen e Ideal: los poemas incluidos en esta sección muestran cómo el poeta se debate entre bien/mal, cielo/infierno y Dios/Satán.
2. Cuadros parisinos: el poeta encuentra belleza en el mundo degradado de la ciudad de París. Los protagonistas son los marginados, los ancianos y los perdedores.
3. El vino: ante la imposibilidad de encontrar la belleza, el poeta se evade de la realidad.
4. Las flores del mal: el poeta desciende hacia lo más profundo del abismo, cede hacia la destrucción. La mujer aparece como una criatura diabólica que lo aleja de Dios.
5. Rebelión: de nada sirve el sufrimiento del hombre ante un Dios que está ausente del mundo. El poeta reniega de Dios.
6. La muerte: sólo la muerte puede librar al hombre de un mundo lleno de miserias.

En 1861 publicó Los paraísos artificiales, obra en prosa donde estudia los diferentes medios que pueden conducir al hombre a la embriaguez. Con ella se produce el desarreglo de los sentidos y el poeta cree que en ese estado se potencian las fuerzas naturales que suelen estar adormecidas por la razón.

En 1862 publica Poemas en prosa, obra innovadora en su forma porque crea una expresión híbrida que mezcla elementos de la prosa y la poesía. Este libro se anticipa a la disolución de los géneros literarios característica de la literatura del siglo XX. El libro se inspira en la ciudad de París y sus habitantes. Muestra su concepto de la modernidad y guarda una estrecha relación con los poemas de Las flores del mal.

Vídeo sobre la vida y obra de Charles Baudelaire:




2. PAUL VERLAINE

Paul Verlaine (1844-1896) es el eslabón imprescindible para llegar al simbolismo. De Baudelaire recoge la idea del mal; creó el término de "poetas malditos" para referirse a un grupo de artistas bohemios (entre los que se encontraban Rimbaud, Mallarmé y el propio Verlaine) que no respetaban los convencionalismos sociales. Su vida será un claro ejemplo de ello. En París comenzó a escribir y a relacionarse con los poetas parnasianos. En los ambientes de la  bohemia parisina conoció al joven poeta Rimbaud, con quien mantuvo una breve pero intensa relación amorosa y literaria. Al cabo de un año Rimbaud lo abandonó, y Verlaine compró un revólver e hirió a su compañero, por lo que fue encarcelado. Esta relación alteró su vida y su quehacer poético; se despojó del culto formalista que aún le quedaba de su influencia parnasiana y liberó su poesía de la rima en favor del ritmo. Al mismo tiempo aprendió de los simbolistas el poder de la evocación y la sugerencia.
Dos notas características de su obra son la musicalidad y la melancolía. El poema Arte poética aparecido en su libro Antaño y ahora se puede considerar un buen resumen de su estética. En él se establecen las siguientes invocaciones:
a) Necesidad de la música para alcanzar el sueño, lo no real.
b) Rechazo de la rima, ya que condiciona y limita la libertad creadora del poeta. Proclama el verso libre, que se convertirá en el caballo de batalla de los simbolistas.
c) Condena de la elocuencia o tono declamatorio, porque la poesía tiene para Verlaine como objetivo la captación de la esencia de las cosas. Interioriza el paisaje en el que abundan los tonos grises, lo otoñal, la lluvia.
Entre sus principales obras se da una gran variación temática: Romanzas sin palabras refleja su relación con Rimbaud, Sabiduría es una colección de poesía religiosa, Amor contiene elegías dedicadas a su hijo adoptivo.
Los poetas simbolistas y parnasianos lo reconocían como maestro y hoy es considerado por la crítica como el padre del Modernismo.

Arte poética

La música ante todo, preferimos
por eso mismo el verso imparisílabo
que es más vago y soluble, y que no tiene
ningún peso ni pose que lo tiente.

Y no olvides tampoco el elegir
palabras que se presten al equívoco:
quedémonos con una canción gris
que junta lo más claro a lo indeciso.

(...) ¡Lo que buscamos siempre es el Matiz,
sólo el Matiz y nada de Color!
Sólo el Matiz hermana sin herir
sueño con sueño, flauta y bronco son.

(...)¡Retuércele el cuello a la elocuencia!
Y no estará de más, con mano dura,
poner coto a la rima: si la sueltas
nadie sabe hasta dónde nos empuja.

(...) ¡La música ante todo, siempre música!
sea tu verso ese algo volandero
que sentimos huir de un alma en busca
de distintos amores y otros cielos.

Sea tu verso anuncio de ventura
en el crispado viento matutino
perfumado de menta y de tomillo...
Y lo demás es ya literatura.


3. ARTHUR RIMBAUD

Arthur Rimbaud (1854-1891), además de un excelente poeta, es un mito de la literatura. Poeta precoz, cuando llegó a París a los diecisiete años ya había escrito casi toda su producción en verso y dominaba la musicalidad y el lenguaje. Vivió una vida turbulenta que influyó en el discurrir de su trayectoria poética, muy vinculada a la de su mentor Verlaine, con el que mantuvo una tormentosa relación amorosa que marcaría a ambos.
Escribió dos colecciones de poemas en prosa: Una temporada en el infierno, autobiografía moral donde concibe la dedicación a la poesía como "una estación en el infierno" que tiene el fin de llegar a la perfección. Su otro gran libro fue Iluminaciones. En su búsqueda de la perfección llega a la conclusión de que el poema perfecto es aquel que no se escribe, por lo que la única salida que encontró fue el silencio poético. A los veintiún años abandonó la poesía y se dedicó a vagabundear por Europa, Asía y África. Murió a los treinta y siete años sin haber publicado ni uno solo de sus versos.

1. En su obra se encuentra la preocupación simbolista por el ocultismo y la intuición.
2. Busca nuevas formas de conocimiento a través de la exploración del subconsciente. En este sentido, es el precursor del surrealismo.
3. En cuanto al estilo, Rimbaud destaca por su fuerza y originalidad. Es el creador de la poesía hermética, oscura.
4. Las obras más importantes de Rimbaud son el poema El barco ebrio, que escribió siendo muy joven; Una temporada en el infierno, en que refleja una época muy dura de su vida; Iluminaciones, recopilado por Verlaine.

Texto El barco ebrio: enlace

Existe una película inspirada en su relación amorosa con Verlaine: Eclipse de una pasión


4. STEPHAN MALLARMÉ

Mallarmé (1842-1898), a pesar de la brevedad de su obra, ha sido un modelo para los poetas modernos. Fue el más destacado representante de la "poesía pura", corriente cultivada en las primeras décadas del siglo XX. Esta poesía propone pulir el lenguaje de todas las impurezas que ha adquirido por el uso cotidiano. Despoja al poema de todo aquello que no sea esencial, renunciando a la palabra embellecedora, al ritmo externo y a la evocación sensual. Su poesía se hace hermética y se carga de misterio. A fin de expresar lo inefable, recurrirá al símbolo, elemento retórico tradicional, pero la novedad estriba en que éste pierde ya toda conexión lógica con el referente real.

1. Su obra se caracteriza por la experimentación gramatical y la riqueza del vocabulario.
2. El predominio es de los sentidos: por una parte, busca la musicalidad; por otra, los colores son tan importantes como los conceptos.
3. Entre sus obras más importantes destacan Herodías y La siesta de un fauno. 

5. PAUL VALÉRY

Fue un autor muy influyente ya en vida. Formó parte del círculo de Mallarmé y trabó amistad con escritores españoles de la Generación del 27, como Jorge Guillén, en cuya obra dejaría una profunda huella. Su poesía supone una mayor intelectualización y se le considera el creador de la "poesía pura", que lleva hasta sus últimas consecuencias mediante la disolución del lenguaje poético tradicional hasta lograr una expresión oscura.
Para Valéry no es relevante la figura del autor, ni sus vivencias, pues no han de servir de fuente de inspiración. Lo que importa es el conocimiento de la lengua y sus mecanismos, que el poeta debe dominar para componer sus poemas. La razón está por encima de los sentimientos y del subconsciente.
Su obra más importante es El cementerio marino (1920), ejemplo destacable de "poesía pura", que influyó grandemente en los poetas españoles del 27, cuyos máximos representantes no dudaron en traducirlo al castellano.