sábado, 31 de octubre de 2015

TEMA 1. Contexto general del Renacimiento. Los cambios del mundo y la nueva visión del hombre

TEMA 1. CONTEXTO GENERAL. LOS CAMBIOS DEL MUNDO Y LA NUEVA VISIÓN DEL HOMBRE.


Conocemos como Renacimiento el período de la historia europea que comprende, fundamentalmente, el siglo XVI, aunque no se pueden establecer con exactitud sus límites cronológicos, ya que estos varían en los diferentes países en que se desarrolló. Por ejemplo, muchos rasgos del Renacimiento nacen ya en la Italia del siglo XIV; en cambio, es tardío en Inglaterra, donde se inicia bien entrado el siglo XVI.
El Renacimiento supuso una nueva forma de concebir el mundo. Fue una etapa de cambios profundos en numerosos ámbitos de la vida: política, economía, religión, cultura, arte, ciencia, etc. Todas estas transformaciones fueron paralelas al desarrollo del Humanismo, movimiento que reforzó el cambio de mentalidad al situar al individuo en una posición de dignidad dentro de un mundo que pretendía conocer y disfrutar (se pasa del teocentrismo medieval al antropocentrismo renacentista). Los humanistas entienden que solo en la época clásica el hombre había sido la medida de todas las cosas y en él se centraban las manifestaciones de la cultura; de ahí que se apliquen a la tarea de recuperar y propagar a los autores clásicos, a los que toman como modelos. Se fomenta el aprendizaje del latín y del griego y, a la vez, se propugna la dignificación de las lenguas vulgares. Fueron destacados humanistas Francesco Petrarca, Elio Antonio de Nebrija y Francisco Sánchez de las Brozas.

CARACTERÍSTICAS HISTÓRICAS Y FILOSÓFICAS.

1. En lo político, se debilita el sistema feudal, característico de la Edad Media. El debilitamiento de la nobleza rural se corresponde con un fortalecimiento del poder real: surgen así monarquías fuertemente autoritarias y se crean los grandes Estados modernos.

2. Crecen las ciudades y se afianza la clase burguesa, de modo que se potencian las actividades industriales y comerciales, y cobra gran importancia el dinero como valor de cambio. Paulatinamente la nobleza, al entrar en crisis el sistema feudal, se va haciendo cortesana.

3. La inquietud intelectual y el ansia por comprender los secretos del mundo incentivan el desarrollo de la ciencia. Se estudia el cuerpo humano y se escruta el Universo: al Renacimiento corresponden el descubrimiento de la circulación de la sangre por Miguel Servet y los estudios astronómicos de Copérnico y Galileo.

4. Se propagan las herejías y adquieren enorme fuerza los movimientos religiosos reformadores, como los encabezados por el holandés Erasmo de Rotterdam y el alemán Martín Lutero.

5. La cultura recibe un fuerte impulso con la invención de la imprenta (siglo XV), la cual propicia la difusión de las nuevas ideas y facilita la alfabetización. En consonancia con el desarrollo del Humanismo, se instauran en las Universidades los studia humanitatis (gramática, retórica, poética, filosofía, moral e historia), acabándose así con el sistema educativo medieval, de base eminéntemente escolástica.

6. El arte renacentista desarrolla una estética basada en el Neoplatonismo, según el cual el mundo es bello porque refleja la belleza de Dios. El amor a la belleza hace al hombre partícipe de la obra divina, es un adelanto en la Tierra de los gozos que nos aguardan en el Cielo. Esta búsqueda de la belleza natural explica las características principales del arte del XVI: equilibrio, armonía, orden, claridad, idealización. En el estilo se busca la "naturalidad artificiosa": un modelo de lengua culto y cuidado, pero sin exceso ornamental ni afectación.

7. La inquietud del hombre renacentista, junto con el desarrollo del comercio, logra ensanchar las fronteras geográficas. El siglo XVI es la época de los grandes viajes que permiten diseñar un nuevo mapa del mundo: el descubrimiento de América, la exploración de las costas atlánticas e índicas de África, la primera vuelta al mundo completa, los descubrimientos y exploraciones de las islas del Pacífico, etc.

CARACTERÍSTICAS ESTÉTICAS Y LITERARIAS

El interés por el mundo clásico despertó en el terreno estético la admiración por las obras de la Antigüedad grecorromana. Por ello, se impuso un deseo de retornar, en todas las artes, a los modelos clásicos para alcanzar el ideal de belleza basado en los principios de la racionalidad, la funcionalidad, la claridad y la simetría. En el terreno literario, el Renacimiento supuso la recuperación de los grandes autores clásicos, como Virgilio, Horacio y Ovidio, ya conocidos en la Edad Media, pero ahora a partir de ediciones mucho más rigurosas  y fiables de sus textos.
Las principales características de la literatura renacentista son consecuencia de la admiración por los autores clásicos:
a) Análisis subjetivo del amor: El sentimiento amoroso es objeto de un minucioso análisis, relacionado con el interés de la época por los asuntos humanos. Frente a la concepción del amor de la tradición cortés provenzal, feudal y aristocrática, surge un nuevo concepto basado en la filosofía neoplatónica cuyos rasgos básicos se resumen en tres aspectos:
   1. La amada es presentada como un ser perfecto y angelical (donna angelicata) cuya belleza física es un reflejo del orden divino.
   2. El amor es idealizado como un fin en sí mismo. No se persigue evolucionar en las fases del acercamiento amoroso, como en el amor cortés, ni tampoco se aspira a recibir ninguna recompensa por parte de la dama.
   3. Quien ama se ennoblece espiritualmente, es poseedor de un cor gentil, por ser virtuoso, generoso y capaz de amar y no por pertenecer a la nobleza, a diferencia del fuerte componente aristocrático del amor cortés.
b) Idealización de la Naturaleza: El sentimiento amoroso se desarrolla en un marco natural idealizado, un locus amoenus inspirado en las Églogas de Virgilio. La perfección de este marco natural de las relaciones amorosas refleja también el orden del universo.
c) Abundancia de referencias mitológicas: Las historias de los dioses paganos del panteón grecorromano se usan como tema de la obra en sí misma, pero también como modo de reflejar de manera simbólica el sentimiento del poeta. La principal fuente de referencia son las Metamorfosis de Ovidio.
d) Recuperación de géneros clásicos como la oda, la égloga, la elegía y la epístola.
e) Enriquecimiento de las lenguas romances gracias al mayor conocimiento del latín clásico, de modo que llegan a convertirse en lenguas literarias elegantes y naturales. 

En resumen, el Renacimiento es un periodo decisivo en la historia de la humanidad marcado por un redescubrimiento de la importancia del individuo en una sociedad que ya no se explica exclusivamente por la fe. En el siglo XVI comenzamos a confiar en las posibilidades de la razón humana, pues el mundo ya no es un mero lugar de tránsito al que venimos a padecer, sino un lugar repleto de posibilidades para el placer y el deleite.

TEMA 3. RENACIMIENTO Y CLASICISMO. LA NARRACIÓN EN PROSA: BOCCACCIO. MONTAIGNE Y EL NACIMIENTO DEL ENSAYO

I. CONTEXTO GENERAL. LOS CAMBIOS DEL MUNDO Y LA NUEVA VISIÓN DEL HOMBRE

Conocemos como Renacimiento el período de la historia europea que comprende, fundamentalmente, el siglo XVI, aunque no se pueden establecer con exactitud sus límites cronológicos, ya que estos varían en los diferentes países en que se desarrolló. Por ejemplo, muchos rasgos del Renacimiento nacen ya en la Italia del siglo XIV; en cambio, es tardío en Inglaterra, donde se inicia bien entrado el siglo XVI.
El Renacimiento supuso una nueva forma de concebir el mundo. Fue una etapa de cambios profundos en numerosos ámbitos de la vida: política, economía, religión, cultura, arte, ciencia, etc. Todas estas transformaciones fueron paralelas al desarrollo del Humanismo, movimiento que reforzó el cambio de mentalidad al situar al individuo en una posición de dignidad dentro de un mundo que pretendía conocer y disfrutar (se pasa del teocentrismo medieval al antropocentrismo renacentista). Los humanistas entienden que solo en la época clásica el hombre había sido la medida de todas las cosas y en él se centraban las manifestaciones de la cultura; de ahí que se apliquen a la tarea de recuperar y propagar a los autores clásicos, a los que toman como modelos. Se fomenta el aprendizaje del latín y del griego y, a la vez, se propugna la dignificación de las lenguas vulgares. Fueron destacados humanistas Francesco Petrarca, Elio Antonio de Nebrija y Francisco Sánchez de las Brozas.

CARACTERÍSTICAS HISTÓRICAS Y FILOSÓFICAS.

1. En lo político, se debilita el sistema feudal, característico de la Edad Media. El debilitamiento de la nobleza rural se corresponde con un fortalecimiento del poder real: surgen así monarquías fuertemente autoritarias y se crean los grandes Estados modernos.

2. Crecen las ciudades y se afianza la clase burguesa, de modo que se potencian las actividades industriales y comerciales, y cobra gran importancia el dinero como valor de cambio. Paulatinamente la nobleza, al entrar en crisis el sistema feudal, se va haciendo cortesana.

3. La inquietud intelectual y el ansia por comprender los secretos del mundo incentivan el desarrollo de la ciencia. Se estudia el cuerpo humano y se escruta el Universo: al Renacimiento corresponden el descubrimiento de la circulación de la sangre por Miguel Servet y los estudios astronómicos de Copérnico y Galileo.

4. Se propagan las herejías y adquieren enorme fuerza los movimientos religiosos reformadores, como los encabezados por el holandés Erasmo de Rotterdam y el alemán Martín Lutero.

5. La cultura recibe un fuerte impulso con la invención de la imprenta (siglo XV), la cual propicia la difusión de las nuevas ideas y facilita la alfabetización. En consonancia con el desarrollo del Humanismo, se instauran en las Universidades los studia humanitatis (gramática, retórica, poética, filosofía, moral e historia), acabándose así con el sistema educativo medieval, de base eminéntemente escolástica.

6. El arte renacentista desarrolla una estética basada en el Neoplatonismo, según el cual el mundo es bello porque refleja la belleza de Dios. El amor a la belleza hace al hombre partícipe de la obra divina, es un adelanto en la Tierra de los gozos que nos aguardan en el Cielo. Esta búsqueda de la belleza natural explica las características principales del arte del XVI: equilibrio, armonía, orden, claridad, idealización. En el estilo se busca la "naturalidad artificiosa": un modelo de lengua culto y cuidado, pero sin exceso ornamental ni afectación.

7. La inquietud del hombre renacentista, junto con el desarrollo del comercio, logra ensanchar las fronteras geográficas. El siglo XVI es la época de los grandes viajes que permiten diseñar un nuevo mapa del mundo: el descubrimiento de América, la exploración de las costas atlánticas e índicas de África, la primera vuelta al mundo completa, los descubrimientos y exploraciones de las islas del Pacífico, etc.

CARACTERÍSTICAS ESTÉTICAS Y LITERARIAS.

El interés por el mundo clásico despertó en el terreno estético la admiración por las obras de la Antigüedad grecorromana. Por ello, se impuso un deseo de retornar, en todas las artes, a los modelos clásicos para alcanzar el ideal de belleza basado en los principios de la racionalidad, la funcionalidad, la claridad y la simetría. En el terreno literario, el Renacimiento supuso la recuperación de los grandes autores clásicos, como Virgilio, Horacio y Ovidio, ya conocidos en la Edad Media, pero ahora a partir de ediciones mucho más rigurosas  y fiables de sus textos.
Las principales características de la literatura renacentista son consecuencia de la admiración por los autores clásicos:
a) Análisis subjetivo del amor: El sentimiento amoroso es objeto de un minucioso análisis, relacionado con el interés de la época por los asuntos humanos. Frente a la concepción del amor de la tradición cortés provenzal, feudal y aristocrática, surge un nuevo concepto basado en la filosofía neoplatónica cuyos rasgos básicos se resumen en tres aspectos:
   1. La amada es presentada como un ser perfecto y angelical (donna angelicata) cuya belleza física es un reflejo del orden divino.
   2. El amor es idealizado como un fin en sí mismo. No se persigue evolucionar en las fases del acercamiento amoroso, como en el amor cortés, ni tampoco se aspira a recibir ninguna recompensa por parte de la dama.
   3. Quien ama se ennoblece espiritualmente, es poseedor de un cor gentil, por ser virtuoso, generoso y capaz de amar y no por pertenecer a la nobleza, a diferencia del fuerte componente aristocrático del amor cortés.
b) Idealización de la Naturaleza: El sentimiento amoroso se desarrolla en un marco natural idealizado, un locus amoenus inspirado en las Églogas de Virgilio. La perfección de este marco natural de las relaciones amorosas refleja también el orden del universo.
c) Abundancia de referencias mitológicas: Las historias de los dioses paganos del panteón grecorromano se usan como tema de la obra en sí misma, pero también como modo de reflejar de manera simbólica el sentimiento del poeta. La principal fuente de referencia son las Metamorfosis de Ovidio.
d) Recuperación de géneros clásicos como la oda, la égloga, la elegía y la epístola.
e) Enriquecimiento de las lenguas romances gracias al mayor conocimiento del latín clásico, de modo que llegan a convertirse en lenguas literarias elegantes y narutales. 

En resumen, el Renacimiento es un periodo decisivo en la historia de la humanidad marcado por un redescubrimiento de la importancia del individuo en una sociedad que ya no se explica exclusivamente por la fe. En el siglo XVI comenzamos a confiar en las posibilidades de la razón humana, pues el mundo ya no es un mero lugar de tránsito al que venimos a padecer, sino un lugar repleto de posibilidades para el placer y el deleite.


II. PROSA RENACENTISTA DE FICCIÓN

En el Renacimiento la prosa de ficción va llegando al final de un largo proceso de evolución que, desde la novela griega de época helenística, desembocará en la novela moderna.

A lo largo del siglo XVI la prosa narrativa se convierte en un género con gran aceptación. Del siglo XV proceden dos modelos narrativos que continúan estando vigentes en pleno Renacimiento: los libros de caballerías (textos fantásticos sobre las hazañas de un caballero andante, como Amadís de Gaula, de Garci Rodríguez de Montalvo) y las novelas sentimentales, que en esta época adquieren un gran éxito (Cárcel de amor, de Diego de San Pedro).

Ya en la segunda mitad del siglo XVI se desarrollaron nuevas formas de la narrativa renacentista; entre ellas destacan las siguientes manifestaciones:

a) La novela pastoril se centra en el relato de historias amorosas entre pastores. Esta temática, desarrollada también en otros géneros por influencia de la literatura italiana, sigue el tópico horaciano del beatus ille o concepción del ambiente natural como representación de una sociedad perfecta y de una vida idílica, ajena a los problemas del momento. Entre las obras más representativas de este género destacan La Arcadia de Sannazaro, Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor, La Galatea de Cervantes o la Arcadia de Lope de Vega.

b) La novela bizantina (o de aventuras) tiene su origen en la literatura griega. En este tipo de narraciones se relatan historias amorosas entre personajes de alto linaje que se interrumpen por sucesos que separan a los protagonistas (viajes, raptos...) y que los someten a un obligado peregrinaje que termina con su reencuentro. Destaca Persiles y Sigismunda de Miguel de Cervantes.

c) La novela morisca se basa en el relato de las batallas y la convivencia entre musulmanes y cristianos. Entre las obras más importantes de la época está la anónima Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa.

d) La narración breve es un género que, aunque también está relacionado con la tradición de los exempla, surge influido por la literatura italiana, especialmente por la obra de autores como Boccaccio. El Patrañuelo, una colección de breves narraciones de Joan Timoneda, es la obra española más destacada del siglo XVI en este tipo de prosa.

e) La novela picaresca. Este tipo de narrativa, iniciada por el Lazarillo, forma parte de la tendencia realista de la prosa del XVI. En el último año del XVI se publica Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Ambas obras constituirán modelos para las manifestaciones de este género en el siglo siguiente.











 

GIOVANNI BOCCACCIO: DECAMERÓN

Boccaccio es, junto con Dante y Petrarca, uno de los padres de la literatura italiana. Nació en 1313 y fue hijo natural de un rico mercader. Pasó su infancia en Florencia y, siendo aún adolescente, su padre lo envió a Nápoles para que aprendiera el oficio mercantil. Debido a su escaso interés por este trabajo, comenzó a estudiar Derecho Canónico, pero tampoco le atrajo esa nueva carrera. Su verdadera vocación la encontró en el estudio de las letras, a las que consagró el resto de su vida. Siendo aún muy joven, se enamoró y fue amante de una dama napolitana, cuya identidad se desconoce y que prodría haberle inspirado el personaje de Fiammetta.

Tras su regreso a Florencia, compaginó su dedicación a la literatura con el desempeño de cargos diplomáticos. Viajó con frecuencia por Italia y por la Provenza. Entre las amistades que cultivó durante sus viajes con los escritores de su tiempo, destaca la que mantuvo con Petrarca. Vivió sus últimos años en Certaldo, localidad próxima a Florencia donde se entregó a la meditación religiosa. Allí murió en 1375.

Boccaccio escribió numerosas obras en italiano y algunas en latín. Entre las primeras merecen destacarse las siguientes:

1.  El Filocolo, una muestra temprana de novela bizantina.

2. El Filostrato, escrita en verso narrativo. En este libro, escrito en clave literaria y con un argumento mitológico, el autor parece dar cuenta de sus amores con Fiammetta.

3. El Corbacho, invectiva contra el género femenino inscrita en la tradición europea de literatura misógina.

4. El Decamerón
Contexto histórico:
Se sitúa en la Florencia de 1348, una fecha aciaga para la ciudad, pues fue asolada por la peste que se extendía por Europa. Los muertos son tan numerosos que apenas da tiempo a enterrarlos. Se abren fosas comunes, se aprovechan los ataúdes para meter varios cuerpos a la vez, las ceremonias religiosas se multiplican inútilmente y el horror invade las calles y la vida cotidiana de la gente. Florencia pierde la mitad de su población y la sospecha de que la epidemia es un castigo de Dios por la maldad de los hombres vuelve aún más lúgubre la atmósfera de desolación que rodea a los que sobreviven. Pero pasan los meses y, paradójicamente, los efectos de la peste resultan vivificadores para el conjunto de la ciudad. La Iglesia pierde parte de su prestigio, y la disminución de la población y la ruina de las familias importantes crea nuevas oportunidades a la clase baja. La demanda de todo tipo de servicios contribuye al crecimiento de banqueros, mercaderes y artesanos hábiles, por lo que en poco tiempo la ciudad se transforma en un hervidero de vida.
Esta es la Florencia en que vive Boccaccio cuando escribe el Decamerón. Han pasado dos años desde el final de la peste y todo anuncia el surgimiento de una nueva concepción de la vida, que rechaza la primacía de lo religioso. El tema central de el Decamerón es lo humano. Pero no lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y sus defectos. Y por encima de todo, el hombre animado por el deseo.
Historia-marco
En el comienzo del libro Boccaccio nos cuenta cómo un grupo de jóvenes damas coincide en una iglesia. Son siete, y deciden dirigirse a una de sus posesiones campestres a fin de huir del horror de la peste que las rodea. Tres apuestos varones se ofrecen a acompañarlas, y juntos abandonan la ciudad para refugiarse en una villa de las afueras. Se preguntan entonces qué harán con su tiempo, y acuerdan contarse historias. De esta manera, cada día uno de ellos será el rey o reina de los otros y les encargará el tema sobre el que deben versar sus cuentos, lo que supone un total de cien relatos o novelas. Pero si lo que importa es ese cuerpo central, esa rueda de cien cuentos, ¿por qué Boccaccio elige el marco tenebroso de una peste para ponerla en marcha? Algo así sucede en las Mil y una noches, donde Sherezade cuenta sus historias en la alcoba de su verdugo. En ambas obras el tiempo que se roba a la muerte que espera a los personajes es el tiempo del relato. Sherezade le dice al sultán que tendrá una nueva historia si le concede un día más. Es el mismo tiempo que las damas y los caballeros del Decamerón tratan de ganar con sus relatos. Así, contar es conseguir de la vida un día más para seguir en el mundo contemplando su locura y su belleza.
Puntos de vista y estructura narrativa:
El Decamerón se desarrolla en un complejo juego de niveles narrativos:
En el primer nivel, un narrador general en tercera persona relata el contexto en el que tienen lugar los hechos de la obra (la epidemia de peste en Florencia) y destina la obra a las mujeres, para que se distraigan. Este narrador cuenta el Proemio y la Conclusión.
En el segundo nivel, el narrador reproduce en tercera persona la historia de las siete mujeres y los tres hombres que huyen de la epidemia y se cuentan breves relatos para distraerse. No se trata de un simple marco narrativo, sino de un verdadero hilo conductor que evoluciona desde el horror inicial de la epidemia hasta el tirunfo de la vida y del goce.  
El tercer nivel consiste en las diferentes novelas, donde cada uno de los personajes actúa como narrador. Todas estas historias se dividen en dos grandes partes. Los primeros cincuenta relatos están relacionados con la lucha contra las fuerzas de la naturaleza y de la fortuna; las cincuenta restantes, en cambio, se orientan a la autoafirmación del ser humano mediante el ingenio.
Los temas:
Las líneas temáticas generales de la obra son:
La fortuna, es mundo está regido por fuerzas incontrolables e ilógicas. el destino humano es caprichoso e impredecible.
El ingenio, frente al azar, el hombre dispone de su ingenio, gracias al cual puede cambiar su forutna y obtener la estabilidad.
El amor, este sentimiento, otra de las fuerzas que mueve al ser humano, espresentado en todas sus manifestaciones con total naturalidad.
Los argumentos de los cien cuentos del Decamerón no son, por lo general, invención de Boccaccio, sino que se basan en fuenes italianas más antiguas o, en ocasiones, en fuentes francesas o latinas. En realidad, casi todos los relatos giran sobre el deseo sexual y sobre cómo arreglárselas para satisfacerlo. Pero no hay en ello un sentimiento de culpa, pues hombres y mujeres no hacen sino servir a la naturaleza, que es quien pone en ellos los deseos que deben satisfacer. Por eso, el mal no está en el sexo en sí, sino en quienes lo pervierten con sus prejuicios, su hipocresía o sus intereses. De esta manera, la mentalidad medieval, basada en la preocupación por el pecado y en el sentimiento de culpa, queda superada por una visión gozosa y placentera de la existencia propia del Renacimiento.
Personajes:
Los personajes principales son las siete mujeres y tres hombres que desarrollan las diferentes historias en el nivel del hilo conductor. Al definirlos, Boccaccio insiste, sobre todo, en su honestidad y en su juventud.
Junto a ellos, a lo largo de las diferentes historias se despliega toda una galería de caracteres que reflejan los más variados niveles de la sociedad italiana del siglo XIV.
Relevancia de la obra:
El Decamerón refleja el tirunfo de la mentalidad renacentista y de los ideales de la burguesía. A lo largo de buena parte de las novelas se celebra la superioridad del ingenio y de la astucia, y el éxito de la iniciativa individual sobre la adversidad, valores apreciados por los comerciantes, mercaderes y banqueros en auge de la época. Pero, sobre todo, exalta el goce y la diversión como antídoto frente al horror y la muerte. Lejos de cualquier fin didáctico o moralizante, Boccaccio invita a disfrutar de la vida, idea ya plenamente renacentista.
La obra fue muy traducida a otros idiomas europeos y generó toda una corriente de narraciones breves de carácter lúdico en la que se insertan, por ejemplo, los Cuentos de Canterbury, de Chaucer. En España, el gran adaptador de la novelística breve al estilo italiano fue Miguel de Cervantes, con su Novelas Ejemplares.


III. PROSA RENACENTISTA DIDÁCTICA

En el siglo XVI, el pensamiento humanista generó un importante caudal de obras en prosa de carácter didáctico que consolidó un nuevo género, el ensayo, que servirá a los autores como vehículo de los nuevos ideales.

Los autores de prosa didáctica reflexionan sobre diversos temas, principalmente filosóficos, políticos, religiosos y artísticos. Estos autores representan el modelo del intelectual renacentista, en el centro de cuyas preocupaciones está el ser humano y las circunstancias que lo rodean. Son hombres de cultura interesados en las Humanidades desde una postura racional.

1. MAQUIAVELO

Retrato de Maquiavelo por Santi di Tito, s XVI
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue un escritor y político italiano. Considerado como uno de los padres de las Ciencias Políticas, analizó la esencia del poder en El príncipe y Discursos sobre la primera década de Tito Livio.

Según Maquiavelo, debido a que el hombre es malo por naturaleza, el Estado debe regir e imponer un orden, función que el príncipe garantiza mediante su acción política. Dicha acción ha de estar regida por la observación de la realidad, olvidando cómo deberían ser el hombre y la sociedad para centrarse en cómo realmente son. De este modo, la política no ha de partir desde un planteamiento moral, sino que debe ser independiente, ya que en algunas situaciones la moral no indica qué es lo mejor para el Estado y el Estado es la razón suprema de la acción política. Esta independencia del poder político respecto a la moral genera la «razón de Estado», único criterio que debe seguir el príncipe, y por el cual el fin que se busca justifica todos los medios que se ponen para su consecución, independientemente de su valor moral. El Estado se vale de sus instituciones (el Ejército, la Iglesia) para aplicar lo que sea políticamente útil y conveniente.


2. TOMÁS MORO

Tomás Moro (1478-1535) fue un humanista y político inglés cuyo pensamiento tiene afinidades con el de Erasmo de Rotterdam, de quien era amigo. Su obra más importante es Utopía; en ella critica la sociedad europea contemporánea, basada en la injusticia social, en la sed de poder y en los planteamientos belicistas que rigen las políticas de los Estados, y propone una solución radical: la creación de una sociedad ideal, situada en una isla llamada Utopía (que literalmente significa «ningún lugar», lo que plantea dudas por parte de Moro de que una sociedad así fuera viable). Esta sociedad ideal estaría regida por los principios de la racionalidad humana: una sociedad justa e igualitaria, en la cual el trabajo fuese algo obligatorio, los ciudadanos podrían elegir a sus gobernantes, y la educación fuese un derecho universal. La religión que propugna Moro en su Utopía se caracteriza por ser tolerante hacia los distintos credos.

La importancia de la obra de Moro radica en que da pie a un subgénero literario, de raíz política, en el que se postulan sociedades futuras ideales (así como su contrario, la antiutopía, en la que la sociedad supuestamente ideal genera un espacio social deshumanizado y cruel). Sirvan como ejemplo de esto las obras Un mundo feliz, de Aldous Huxley o 1984 de George Orwell.



3. ERASMO DE ROTTERDAM

Erasmo de Rotterdam (1469-1536) fue un gran defensor de los estudios históricos y filológicos que aplicaban un método racional para llegar al conocimiento. Tradujo el Nuevo Testamento del griego al latín porque creía necesario un acercamiento al mensaje del Evangelio. También editó obras de los padres de la Iglesia.
El pacifismo es uno de los elementos por los que Erasmo ataca a la Iglesia contemporánea, ya que esta promueve la guerra por intereses puramente mundanos. En otros libros, como en la Doctrina del príncipe cristiano o en Elogio de la locura, ahonda sus críticas contra la Iglesia, a la que considera inmoral y a la que reprocha que prime un cristianismo exterior, de formas, preceptos y rituales; en vez de conceder mayor importancia a un cristianismo más personal, espiritual, basado en el diálogo con Dios y la imitación de Cristo.
Él mismo, que fue monje, niega el privilegio tradicionalmente asignado a los religiosos y ofrece a los laicos la oportunidad de llevar una vida perfectamente cristiana. Para Erasmo, la virtud reside en saber sobreponerse a ciertas pasiones para ser capaz de discriminar el verdadero bien, basado en una moral humanista sustentada en la razón.
Algunas tesis erasmistas presentan elementos de coincidencia con el protestantismo de Lutero, principalmente en los elementos de crítica hacia la Iglesia. Sin embargo, Erasmo acabó combatiendo las tesis de Lutero por ciertas incompatibilidades de pensamiento.


4. BALTASAR DE CASTIGLIONE

Retrato de B. de Castiglione, Rafael.
Baltasar de Castiglione (1478-1529) escribió El cortesano, obra en la que describe un ideal de vida y un modelo de caballero que responde a la visión del mundo renacentista. El caballero perfecto debe ser tan experto en las armas como en las letras, ha de saber conversar y tratar con sus semejantes, especialmente con las damas, y tañer algún instrumento musical.

El cortesano expone en cuatro libros el diálogo que mantienen durante cuatro noches varios interlocutores (una duquesa, una princesa, un cardenal, Cesare Gonzaga, el poeta Pietro Bembo, Giuliano di Medici, Ludovico di Canossa, Federico Fregoso y el Aretino). La conversación se inicia como un juego para elegir entre todas las propuestas que se formulen «la forma de cortesanía más conveniente». En el primer «juego» se debate acerca del nacimiento y educación del gentilhombre; en el segundo, de su comportamiento en sociedad; en el tercero, del ideal de la perfecta dama de palacio; y el cuarto, que trata de las relaciones del cortesano con el príncipe, se cierra con una disertación sobre el amor platónico a cargo de Bembo. La conversación se desarrolla con un ritmo armonioso y está moderada por el ideal del decoro que presidió la literatura, el arte y las costumbres del Renacimiento.



MONTAIGNE Y LA CREACIÓN DEL ENSAYO


Michel Eyquem de Montaigne o, simplemente, Michel de Montaigne (nacido en Burdeos el 28 de febrero de 1533 y muerto en 1592) fue un filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés del Renacimiento, autor de los Essais y creador del género literario conocido actualmente como “ensayo”.
El género del ensayo se basa en la interpretación personal de un tema (humanístico, filosófico, político, social, cultural, etc) sin que sea obligado usar un aparato documental, de manera libre, asistemática y con voluntad de estilo. En ocasiones, se reduce a una serie de divagaciones en las cuales el autor expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado. Ortega y Gasset lo definió como «la ciencia sin la prueba explícita».
De gran cultura clásica y admirador de Virgilio, Séneca, Plutarco y Sócrates, Montaigne fue un humanista que tomó al hombre, y en particular a sí mismo, como objeto de estudio en su principal trabajo, que comenzó a redactar en 1571 a la edad de 38 años, cuando se retiró a su castillo. Afirma: «Quiero que se me vea en mi forma simple, natural y ordinaria, sin contención ni artificio, pues yo soy el objeto de mi libro». El proyecto de Montaigne era mostrarse sin máscaras para desvelar su yo más íntimo en su esencial desnudez. Sus escritos se caracterizan por el pesimismo y el escepticismo.
Fue un crítico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su época, hasta el punto de que llegó a considerar la propia idea de certeza como algo innecesario. Montaigne continuó extendiendo y revisando sus Essais hasta su muerte en 1592 en el castillo, en cuyas vigas del techo hizo grabar sus citas favoritas. El lema, mote o divisa de su casa era Que sais-je?, y mandó acuñar con él una medalla con una balanza cuyos dos platos se hallaban en equilibrio.
Su estilo es sencillo y ágil, revolviendo un pensamiento con otro, «a salto de mata». Su texto está plagado de citas de clásicos grecolatinos, por lo cual se excusa, haciendo notar la inutilidad de «volver a decir peor lo que otro ha dicho primero mejor». Obsesionado con evitar la pedantería, omite a veces la referencia al autor que inspira su pensamiento o que cita, el cual, de todas formas, es conocido en su época.
Montaigne mostró su rechazo por la violencia y por los conflictos entre católicos y protestantes y, mientras algunos humanistas creían haber encontrado el Jardín del Edén, él lamentó la conquista del Nuevo Mundo en vista de los sufrimientos que provocó en los que, por ella, fueron reducidos a esclavos. Hablaba así de «viles victorias».
Tan moderno como muchos de los hombres de su tiempo (Erasmo, Juan Luis Vives, Tomás Moro, Guillaume Budé...), Montaigne cultivó el relativismo cultural, reconociendo que las leyes, las morales y las religiones de diferentes culturas, aunque a menudo diversas y alejadas en sus principios, tenían todas algún fundamento.

TEMA 2. La lírica del amor. El petrarquismo. Orígenes: la poesía trovadoresca y el "dolce stil nuovo". La innovación del Cancionero de Petrarca.

I. CONTEXTO GENERAL. LOS CAMBIOS DEL MUNDO Y LA NUEVA VISIÓN DEL HOMBRE

Conocemos como Renacimiento el período de la historia europea que comprende, fundamentalmente, el siglo XVI, aunque no se pueden establecer con exactitud sus límites cronológicos, ya que estos varían en los diferentes países en que se desarrolló. Por ejemplo, muchos rasgos del Renacimiento nacen ya en la Italia del siglo XIV; en cambio, es tardío en Inglaterra, donde se inicia bien entrado el siglo XVI.
El Renacimiento supuso una nueva forma de concebir el mundo. Fue una etapa de cambios profundos en numerosos ámbitos de la vida: política, economía, religión, cultura, arte, ciencia, etc. Todas estas transformaciones fueron paralelas al desarrollo del Humanismo, movimiento que reforzó el cambio de mentalidad al situar al individuo en una posición de dignidad dentro de un mundo que pretendía conocer y disfrutar (se pasa del teocentrismo medieval al antropocentrismo renacentista). Los humanistas entienden que solo en la época clásica el hombre había sido la medida de todas las cosas y en él se centraban las manifestaciones de la cultura; de ahí que se apliquen a la tarea de recuperar y propagar a los autores clásicos, a los que toman como modelos. Se fomenta el aprendizaje del latín y del griego y, a la vez, se propugna la dignificación de las lenguas vulgares. Fueron destacados humanistas Francesco Petrarca, Elio Antonio de Nebrija y Francisco Sánchez de las Brozas.

CARACTERÍSTICAS HISTÓRICAS Y FILOSÓFICAS.

1. En lo político, se debilita el sistema feudal, característico de la Edad Media. El debilitamiento de la nobleza rural se corresponde con un fortalecimiento del poder real: surgen así monarquías fuertemente autoritarias y se crean los grandes Estados modernos.

2. Crecen las ciudades y se afianza la clase burguesa, de modo que se potencian las actividades industriales y comerciales, y cobra gran importancia el dinero como valor de cambio. Paulatinamente la nobleza, al entrar en crisis el sistema feudal, se va haciendo cortesana.

3. La inquietud intelectual y el ansia por comprender los secretos del mundo incentivan el desarrollo de la ciencia. Se estudia el cuerpo humano y se escruta el Universo: al Renacimiento corresponden el descubrimiento de la circulación de la sangre por Miguel Servet y los estudios astronómicos de Copérnico y Galileo.

4. Se propagan las herejías y adquieren enorme fuerza los movimientos religiosos reformadores, como los encabezados por el holandés Erasmo de Rotterdam y el alemán Martín Lutero.

5. La cultura recibe un fuerte impulso con la invención de la imprenta (siglo XV), la cual propicia la difusión de las nuevas ideas y facilita la alfabetización. En consonancia con el desarrollo del Humanismo, se instauran en las Universidades los studia humanitatis (gramática, retórica, poética, filosofía, moral e historia), acabándose así con el sistema educativo medieval, de base eminéntemente escolástica.

6. El arte renacentista desarrolla una estética basada en el Neoplatonismo, según el cual el mundo es bello porque refleja la belleza de Dios. El amor a la belleza hace al hombre partícipe de la obra divina, es un adelanto en la Tierra de los gozos que nos aguardan en el Cielo. Esta búsqueda de la belleza natural explica las características principales del arte del XVI: equilibrio, armonía, orden, claridad, idealización. En el estilo se busca la "naturalidad artificiosa": un modelo de lengua culto y cuidado, pero sin exceso ornamental ni afectación.

7. La inquietud del hombre renacentista, junto con el desarrollo del comercio, logra ensanchar las fronteras geográficas. El siglo XVI es la época de los grandes viajes que permiten diseñar un nuevo mapa del mundo: el descubrimiento de América, la exploración de las costas atlánticas e índicas de África, la primera vuelta al mundo completa, los descubrimientos y exploraciones de las islas del Pacífico, etc.

CARACTERÍSTICAS ESTÉTICAS Y LITERARIAS.

El interés por el mundo clásico despertó en el terreno estético la admiración por las obras de la Antigüedad grecorromana. Por ello, se impuso un deseo de retornar, en todas las artes, a los modelos clásicos para alcanzar el ideal de belleza basado en los principios de la racionalidad, la funcionalidad, la claridad y la simetría. En el terreno literario, el Renacimiento supuso la recuperación de los grandes autores clásicos, como Virgilio, Horacio y Ovidio, ya conocidos en la Edad Media, pero ahora a partir de ediciones mucho más rigurosas  y fiables de sus textos.
Las principales características de la literatura renacentista son consecuencia de la admiración por los autores clásicos:
a) Análisis subjetivo del amor: El sentimiento amoroso es objeto de un minucioso análisis, relacionado con el interés de la época por los asuntos humanos. Frente a la concepción del amor de la tradición cortés provenzal, feudal y aristocrática, surge un nuevo concepto basado en la filosofía neoplatónica cuyos rasgos básicos se resumen en tres aspectos:
   1. La amada es presentada como un ser perfecto y angelical (donna angelicata) cuya belleza física es un reflejo del orden divino.
   2. El amor es idealizado como un fin en sí mismo. No se persigue evolucionar en las fases del acercamiento amoroso, como en el amor cortés, ni tampoco se aspira a recibir ninguna recompensa por parte de la dama.
   3. Quien ama se ennoblece espiritualmente, es poseedor de un cor gentil, por ser virtuoso, generoso y capaz de amar y no por pertenecer a la nobleza, a diferencia del fuerte componente aristocrático del amor cortés.
b) Idealización de la Naturaleza: El sentimiento amoroso se desarrolla en un marco natural idealizado, un locus amoenus inspirado en las Églogas de Virgilio. La perfección de este marco natural de las relaciones amorosas refleja también el orden del universo.
c) Abundancia de referencias mitológicas: Las historias de los dioses paganos del panteón grecorromano se usan como tema de la obra en sí misma, pero también como modo de reflejar de manera simbólica el sentimiento del poeta. La principal fuente de referencia son las Metamorfosis de Ovidio.
d) Recuperación de géneros clásicos como la oda, la égloga, la elegía y la epístola.
e) Enriquecimiento de las lenguas romances gracias al mayor conocimiento del latín clásico, de modo que llegan a convertirse en lenguas literarias elegantes y narutales. 

En resumen, el Renacimiento es un periodo decisivo en la historia de la humanidad marcado por un redescubrimiento de la importancia del individuo en una sociedad que ya no se explica exclusivamente por la fe. En el siglo XVI comenzamos a confiar en las posibilidades de la razón humana, pues el mundo ya no es un mero lugar de tránsito al que venimos a padecer, sino un lugar repleto de posibilidades para el placer y el deleite.


II. EL RENACIMIENTO EN ITALIA


El cambio de las estructuras económicas, propiciado por la llegada al poder de la burguesía en las ciudades-estado italianas durante el siglo XIII, es el motor que genera el cambio de mentalidad con el que se inicia el Renacimiento. Ya en el siglo XIV aparecen en Italia las primeras manifestaciones anunciadoras de una nueva etapa literaria, que tendrá su eclosión definitiva en el siglo XV.

II. 1. EL DOLCE STIL NOVO

Durante la primera mitad del siglo XIII conviven en Italia dos corrientes poéticas:

a) Por una parte, la que bebe directamente de la tradición provenzal-trovadoresca, en la que predominan las convenciones del amor cortés, que son trasunto literario del sistema feudal.

b) Por otra, la escuela siciliana, temáticamente emparentada con la anterior, pero creadora de innovaciones formales que se consagran para caracterizar todo el posterior Renacimiento europeo: el verso endecasílabo, combinado a veces con el heptasílabo, y la más fructífera combinación estrófica, el soneto. Esta corriente se extiende a la Toscana, y entre sus representantes más destacados figuran Guittone d´Arezzo y Bonagiunta Orbicciani.

Pero en la segunda mitad de siglo irrumpe una nueva corriente que tiene su foco en Bolonia y, sobre todo, en Florencia. Entre los poetas que integran esta nueva corriente poética destacan Guido Guinizzelli, Guido Calvacanti y Dante Alighieri. Su poesía, marcadamente innovadora, se conoce con el nombre de dolce stil novo, expresión extraída de un verso de la Divina Comedia de Dante.

La poesía stilnovista responde al declive del sistema feudal y a la mentalidad de la burguesía: frente a la nobleza de sangre, heredada, se proclama la importancia de la nobleza de corazón, el cor gentil, propia del hombre que alcanza valor por su propio mérito y esfuerzo, lo que se manifiesta en su manera de sentir el amor.
Para estos poetas el amor no es una pasión que persigue el goce sexual, sino un sentimiento que los eleva hasta la unión con Dios a través de la belleza femenina. Por ello, la amada se presenta como un ser angelical cuya hermosura es reflejo de su virtud interior. Así, el amor se entiende como símbolo de la divinidad y su destinataria es la donna angelicata, mujer angelical a la que el poeta venera como medio de perfeccionamiento de su alma porque, adorándola, aspira a ganarse el cielo. Aunque a veces se refiera a una mujer real, la dama aparece idealizada en el poema, fijada con una belleza y una juventud eternas. Es patente, por tanto, el cambio en la concepción de la mujer pues, frente a la feudalización de la dama y la ocultación de su nombre en la poesía trovadoresca, en el dolce stil novo la mujer está divinizada, aunque con su nombre propio, sin el anonimato propio del amor cortés.

Formalmente, los poetas del stilnovismo contribuyen a arraigar las innovaciones de los poetas sicilianos de la primera mitad de siglo: el uso del heptasílabo y el endecasílabo y sus combinaciones estróficas, principalmente la canción, la balada y el soneto. 

DANTE ALIGHIERI: DIVINA COMEDIA



BIOGRAFÍA

Dante Aliguieri nació en Florencia en 1265. Formó parte del grupo de poetas del dolce stil novo. En su juventud, se entregó con pasión a la creación poética, cuyo ideal espiritual y amoroso estaba centrado en la figura de Beatriz, dama a la que había conocido cuando eran aún niños y con la que se reencontró años después (Bice di Folco Portinari). De esta etapa juvenil son los poemas que después reuniría en una de sus obras capitales, Vita nuova, de clara adscripción stilnovista.
La muerte de Beatriz en 1290 sumió al poeta en una profunda crisis, que lo llevó a entregarse al estudio. A los treinta años se casó con Gemma di Manetto Donati, con la que tuvo cuatro hijos.
Dante participó activamente en la política. Perteneció a los güelfos blancos, una de las facciones que agitaron la vida política florentina de aquella época. En 1301, al triunfar el partido de los güelfos negros, se vio obligado a abandonar Florencia, por lo que vivió exiliado en diversas ciudades italianas y bajo el amparo de diferentes nobles los últimos años de su vida. Durante el exilio escribió sus obras de carácter doctrinal en latín (Convivio, De vulgari eloquentia, De monarchia) y la que, sin duda, es su obra más importante, la Divina Comedia, escrita en el dialecto italiano de la Toscana.
Jamás regresó a Florencia y murió en Rávena en 1321.
 
LA DIVINA COMEDIA

El título original que Dante adjudicó a su obra fue simplemente Comedia, atendiendo al final dichoso de la obra. Fue Boccaccio quien, años más tarde, la rebautizó como Divina Comedia, y con ese nombre se publicó siempre a partir de la edición de 1555. Su redacción ocupó a Dante, como mínimo, los últimos 15 años de su vida.
La obra muestra el recorrido que el propio Dante, partiendo de una situación de vida licenciosa y turbulenta, realiza por los mundos de ultratumba para alcanzar la purificación del alma y la redención. En el Infierno y en el Purgatorio es guiado por Virgilio, por quien Dante profesaba una rendida admiración, y en el Paraíso su guía es Beatriz.
El número tres, que simboliza la Santísima Trinidad, está en la base de la composición formal de la obra:
a) Tres son las partes que la conforman: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
b) Cada parte está formada por 33 cantos (más uno introductorio en el Infierno)
c) Toda la obra está compuesta de versos endecasílabos, distribuidos en un número variable de tercetos encadenados.


El Infierno: en el Canto I Dante se encuentra perdido en una selva salvaje, que representa el pecado y la confusión, y se encamina hacia el camino del bien, no exento de peligros. El poeta Virgilio (personificación de la razón humana) sale a su encuentro, enviado por Beatriz, y le ofrece guiarle a través del Infierno y del Purgatorio hasta el Paraíso, donde será la propia Beatriz quien lo guíe.
El viaje a través del Infierno sirve a Dante para conocer los pecados humano, ordenados gradualmente según su gravedad y según su castigo. Se trata de un inmenso abismo con forma de embudom dividido en diez círculos cada vez más estrechos. En el último, al fondo del abismo, se encuentra Lucifer, figura monstruosa sumergida hasta la mitad del pecho en agua helada.
El Purgatorio aparece representado como una montaña de forma cónica, por lo que resulta la contrafigura del infierno. Se divide en diez círculos ascendentes agrupados en cuatro niveles: la Playa (punto de llegada de las almas); el Antepurgatorio (el tramo más escarpado, para representar las difucultades inciales en el camino de la purificación); y el Paraíso terrenal, ubicado en la cima de la montaña.
El Paraíso se halla en la cima de la montaña y está habitado por las almas de los bienaventurados que pueden gozar de la presencia divina. Dante encuentra allí a Beatriz, quien lo conduce hacia las proximidades de Dios. Dios se halla en el centro del Paraíso rodeado de coros de ángeles: la obra acaba cuando el poeta dirige su mirada hacia Él y la grandiosidad de la luz divina le desborda el pensamiento


Entre los valores formales de la Divina Comedia merecen destacarse los siguientes:
     a) Afianza el uso del endecasílabo, que será para siempre el verso por excelencia de la poesía culta.
     b) Crea la distribución de los versos en tercetos encadenados, los cuales permiten composiciones de largo aliento, solemnes y ágiles a la vez.
   c) Usa una lengua literaria llena de viveza y expresividad, en la que incluye tanto los vocablos más refinados del clasicismo latino como los términos del registro popular de la variante toscana del italiano
d) Se mezclan personajes y motivos de la tradición cristiana con otros de la tradición mitológica. 

 PELÍCULA L´INFERNO (1911): http://www.youtube.com/watch?v=MU4q-ZGo_kw&feature=related 


PETRARCA: EL CANCIONERO

Francesco Petrarca nació en Arezzo en 1304. Contaba con ocho años cuando se instaló con sus padres en Avíñón (Provenza, Francia), donde por entonces residía la corte papal. En esta ciudad y en sus alrededores vivió largas temporadas durante su juventud, interrumpidas por sus estancias en Montpellier y en Bolonia para estudiar Leyes. Fue también en Aviñón donde, en 1327, conoció a Laura, de quien se enamoró instantáneamente y que sería para siempre la inspiradora de toda su poesía amorosa. Al parecer, Laura nunca aceptó de Petrarca más que un trato de cordial espiritualidad. La distancia que siempre mantuvieron no fue suficiente para apagar en el poeta el ardor amoroso; por ello recibirá con gran dolor, en 1348, la noticia de que Laura había muerto como una de las miles de víctimas de la peste que asolaba Europa desde al año anterior. En 1330 recibió órdenes menores para poder vivir del desempeño de cargos eclesiásticos, con los que disponer de cierto ocio para dedicarse a las letras.

Petrarca viajó incansablemente por Italia y por numerosas ciudades europeas. En sus viajes entabló amistad con muchas personalidades de la cultura de la época, entre ellas, la que le unió inquebrantablemente con Giovanni Boccaccio. En 1341 recibió el más alto galardón que podía esperar un poeta: fue coronado por el Senado romano como poeta excelso, distinción de la que siempre se enorgulleció. Tuvo dos hijos naturales, Giovanni y Francesca, tal vez de la misma mujer, de la que no se tienen datos.

Dedicó la mayor parte de su vida a la labor filológica de recuperar y divulgar a los clásicos latinos, así como a su propia creación literaria, la cual sometió a constante revisión. Cultivó tanto la literatura en latín como en italiano: en lengua vulgar escribió dos obras, el Cancionero y los Triunfos, un largo poema alegórico-narrativo en el que Petrarca siguió la estela de la Divina Comedia de Dante. Escrito igualmente en tercetos encadenados, el poema se divide en seis triunfos (el del amor, el pudor, la muerte, la fama, el tiempo y la eternidad). Esta organización muestra claramente el sentido transcendental del poema, planteado como un largo itinerario hacia la divinidad.

Murió en Arquá, a pocos kilómetros de Padua, en 1374.

EL CANCIONERO

Habría de ser la vena lírica de Petrarca empleada en la expresión del amor la que influyera decisivamente en toda la poesía renacentista europea, dando lugar a la corriente denominada, como no podría ser de otro modo, petrarquismo, que influirá enormemente en la poesía amorosa europea posterior. En Francia, el petrarquismo es seguido por poetas como Ronsard; en Inglaterra, por Wyatt, Spencer y Shakespeare; y en España, por Garcilaso de la Vega y su escuela.
Todas sus composiciones líricas en lengua italiana las recogió Petrarca en el Cancionero, que fue ampliando a lo largo de toda su vida desde 1330 y que sometió a constantes revisiones hasta el momento mismo de su muerte, dando muestras de una gran preocupación por el legado de su obra a la posteridad. En su forma definitiva, consta de 366 composiciones, con predominio absoluto de los sonetos (317), aunque figuran también canciones y otros subgéneros líricos.

En el Cancionero influyen tres corrientes:

a) La tradición provenzal del amor cortés.
b) La poesía de la corte siciliana.
c) El dolce stil novo.

Como novedad respecto a los poemarios de los poetas trovadorescos o a los de Dante, en donde las composiciones se agrupan en un libro como poemas sueltos, El Cancionero es un conjunto coherente que dota de una unidad a sus poemas pues en él Petrarca cuenta, desde su presente, su historia amorosa con Laura para rescatarla del olvido y eternizarla.
El tema principal es el amor por Laura y, en relación con él, todo el conjunto se divide en dos partes: En vida de Laura y En muerte de Laura. La obra aborda múltiples sutilezas y matices del sentimiento amoroso: la pasión desasosegante del amor no correspondido, el deseo de liberarse del sufrimiento provocado por la pasión, el juicio de que los años de amor infructuoso debiera haberlos dedicado a Dios, el anhelo de la contemplación divina de Laura en el cielo, etc. Aunque Laura está presente en todos los poemas amorosos, el verdadero centro de interés es el análisis pormenorizado de los sentimientos que ella inspira en el poeta.

En el estilo hay que destacar los siguientes rasgos:

a) El uso de un lenguaje sencillo y a la vez exquisito, con una depurada selección léxica en busca del refinamiento y la elegancia, habría de marcar el devenir de la lengua poética de los siglos posteriores.
b) El empleo de figuras retóricas como el oxímoron, la metáfora, la antítesis o la paradoja que contribuyen a sugerir matices muy variados del sentimiento.
c) Predominio absoluto del verso endecasílabo y del soneto. Aunque Petrarca no resultó innovador desde el punto de vista métrico, pues siguió la tradición de la escuela siciliana, el éxito de su Cancionero contribuyó de forma decisiva a la extensión del soneto por toda Europa.

PETRARCA:
Paz no encuentro, y no tengo armas de guerra;
temo y espero; ardiendo estoy, estoy helado; 
vuelo hasta el cielo, pero yazgo en tierra;
no estrecho nada, al mundo así abrazado.

Quien me aprisiona no me abre ni cierra,
por suyo no me da, ni me ha soltado;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni quiere verme vivo ni acabado.

Sin lengua ni ojos veo y voy gritando;
auxilio pido, y en morir me empeño;
me odio a mí mismo, y alguien me enamora.

Me nutro de dolor, río llorando;
muerte y vida de igual modo desdeño:
en este estado me tenéis, señora.

LOPE DE VEGA:

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo, 5
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave, 10
olvidar el provecho, amar el daño,

creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

PETRARCA:

¿Dónde cogió el Amor, o de qué vena,
el oro fino de tu trenza hermosa?
¿En qué espinas halló la tierna rosa
del rostro, o en qué prados la azucena?

¿Dónde las blancas perlas con que enfrena
la voz suave, honesta y amorosa?
¿Dónde la frente bella y espaciosa,
más que el primer albor pura y serena?

¿De cuál esfera en la celeste cumbre
eligió el dulce canto, que destila
al pecho ansioso regalada calma?

Y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre
de aquellos ojos, que la paz tranquila
para siempre arrojaron de mi alma?

GARCILASO DE LA VEGA:

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena 5
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10
cubra de nieve la hermosa cumbre;

marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.


GÓNGORA:
Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello. 5
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada 10
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


PETRARCA

Apolo, si el deseo ha perdurado
que te inflamaba en la tesalia onda,
y si la amada cabellera blonda,
tras tantos años, no la has olvidado,

del perezoso hielo y tiempo airado,
que durará mientras tu faz se esconda,
defiende a la honorable y sacra fronda
en que, después de tú, yo me he enredado;

y por virtud de la esperanza amante
que te hizo soportar la vida acerba,
bórrale al aire los nubosos trazos;

y admirados veremos al instante
a nuestra dama estar sobre la hierba
y hacerse sombra con sus propios brazos.