jueves, 19 de mayo de 2016

A UNA TRANSEÚNTE, DE BAUDELAIRE. COMENTARIO DE TEXTO.

En la noche, Baudelaire camina solitario por la calle, una atractiva mujer pasa junto a él y ambos cruzan sus miradas. Después, ella desaparece y el poeta se lamenta de que ese instante fugaz jamás se volverá a repetir. 
Esta es la anécdota sobre la que se construye el poema. La "transeúnte" del título es una mujer fatal, de luto, una viuda. En ella se reúnen dos conceptos tan aparentemente antitéticos como el amor y la muerte ("la dulzura que hechiza y el placer que da muerte"): en Las flores del mal, estas ideas opuestas revelan que Baudelaire concibe la pasión erótica como una destrucción, tal como él - con total coherencia -  lleva a cabo en su propia vida. El amor surge como una chispa ("¡Un relámpago!") entre la transeúnte y el autor; la atracción erótica viene caracterizada como una fuerza arrolladora ("el huracán"), tan embriagadora como el vino, que le lleva a la locura ("Yo bebía, crispado como un loco") y a la muerte, en una clara alusión a Dionisos y al éxtasis al que se abandonaban sus seguidores. La intuición es la vía más segura para expresar lo inefable: Dionisos, dios de lo irracional, vence a Apolo, dios de la razón.
Todo ha sido un instante, pero el deseo que ha surgido entre ambos ha sido tan intenso que el autor no se resigna a que no vuelva a ocurrir, a que sea el azar el que determine si se repetirá o no ("acaso nunca"). El mundo no está regido por ninguna ley racional, ni hay un Hado que determine nuestro futuro. Todo es casualidad, puro azar. ¿De qué manera se pueden hacer eternos los acontecimientos que se suceden como relámpagos en nuestra vida, que desaparecen para no volver jamás? Mediante la poesía. Esto es lo que propone el autor: la Belleza (la poesía, el arte) es un modo de eternizar el instante (ya lo señalaba Keats en la Oda a un ánfora griega).
Baudelaire ambienta el poema en una ciudad nocturna y hostil ("Aullaba en torno mío la calle"). Es la modernidad poética, en la que se elimina todo resto de  bucolismo, y la ciudad pasa a ser el escenario sobre el que se desarrolla la escena amorosa, e incluso el centro mismo de la poesía. Por los mismos años, también los impresionistas están haciendo lo mismo en la pintura.

En cuanto al comentario formal, el texto pertenece al género lírico. Aunque se trata de una traducción, la versión al español ha conservado la métrica del soneto del texto francés, no así la rima. Los versos alejandrinos franceses son una estructura métrica de origen medieval que el Modernismo rescata en su deseo de renovación, y que se respeta en los versos de la traducción, en la mayoría de los cuales hay una cesura central que los divide en dos hemistiquios iguales ("de riguroso luto // y dolor soberano", 7+7). El uso del ritmo como vía para crear belleza poética, que intenta representar, a su vez, la Belleza de la Creación, es un pilar del movimiento simbolista y modernista, según recomienda el soneto Ama tu ritmo de Rubén Darío.
En los verbos, de acuerdo al carácter descriptivo-narrativo del poema hasta el verso 8, predomina el uso del pretérito perfecto simple de indicativo ("pasó", "hizo") y del pretérito imperfecto de indicativo ("aullaba", "bebía"). A partir del verso 9, se produce un cambio que viene dado por la utilización de otros tiempos, como el futuro imperfecto de indicativo ("podré") y el presente de indicativo ("sé", "sabes") y, sobre todo, por la aparición de la 1ª y la 2ª personas, como reflejo del yo del poeta y del tú de la transeúnte a la que interpela.
Los adjetivos son más numerosos en las dos primeras estrofas, más descriptivas. 
De los recursos literarios, destacamos la personificación inicial ("Aullaba la noche"), el símil ("como un loco"), la metáfora ("cielo lívido donde el huracán germina") y recursos rítmicos, como el paralelismo ("la dulzura que hechiza y el placer que da muerte", "no sé a dónde huyes, ni sabes a dónde voy"), el quiasmo ("riguroso luto y dolor soberano") y el encabalgamiento ("Fugitiva/ beldad").
En los últimos seis versos, los de mayor contenido lírico, abundan las oraciones exclamativas e interrogativas, tan reveladoras de la influencia en el Modernismo del movimiento romántico.

6 comentarios:

  1. Me fue muy útil, muy buen análisis!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, muy completo y entendible

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, está muy bien explicado :)

    ResponderEliminar

  4. El fragor de la calle me envolvió en aullidos.
    Alta ,esbelta, de luto majestuoso dolor,
    me pasas la mujer que con mano fructuosa
    Levantaba y media de su falda los bordes.
    Nombre y ágil, luciendo una pierna de estatua.
    Yo bebía, crispado, como un ser peregrino,
    en sus cárdenos ojos , cielos hecho es borrasca,
    La dulzura que embriaga y el placer que da muerte.
    Relámpago luego solo noche. Belleza fugitiva que miraba y volviendo la vista,
    ¿no he de verte otra vez más que fuera del tiempo?
    Oh, muy lejos de aquí , tarde ya , ¡tal vez nunca!
    Yo no sé dónde huyes , donde voy tú lo ignoras,
    tú ,a quien yo hubiese amado, tú que bien lo sabías.

    ResponderEliminar