martes, 23 de octubre de 2012

PRÁCTICA DEL COMENTARIO DE TEXTO PARA EL EXAMEN

Ulises en la isla de Circe


[Poco más tarde los marineros llegan a una isla en la que habita una hechicera llamada Circe, la cual quiere seducir a Ulises y convierte a sus compañeros en cerdos. Al final, gracias a las súplicas de Ulises, estos recobran su apariencia humana]:


Cuando Circe notó que yo seguía quieto, sin echar mano a los manjares y abrumado por fuerte pesar se vino a mi lado y me habló con estas aladas palabras:
CIRCE.–¿Por qué, Ulises, permaneces así, como un mudo, y consumes tu ánimo, sin tocar la comida ni la bebida? Sospechas que haya algún engaño, y debes desechar todo temor, pues ya te presté solemne juramento.
Así se expresó; y le contesté diciendo:
ULISES.–¡Oh, Circe! ¿Qué hombre, que fuese razonable, se atrevería a probar la comida y la bebida antes de libertar a los compañeros y contemplarlos con sus propios ojos? Si me invitas de buen grado a beber y a comer, suelta a mis fieles amigos para que con mis ojos pueda verlos.
Así dije. Circe salió del palacio con la vara en la mano, abrió las puertas de la pocilga y sacó a mis compañeros en figura de puercos de nueve años. Se colocaron delante y anduvo por entre ellos, untándolos con una nueva droga: en el acto cayeron de los miembros las cerdas que antes les hizo crecer la perniciosa droga suministrada por la venerable Circe, y mis amigos volvieron a ser hombres, pero más jóvenes aún y mucho más hermosos y más altos. Me conocieron, y uno por uno me estrecharon la mano. Se alzó entre todos un dulce llanto, la casa resonaba fuertemente y la diosa misma hubo de apiadarse.





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